EDUARDO FARAH H.
Todos los ciudadanos hemos podido apreciar los últimos sucesos ocurridos en nuestro país, entre los que se encuentra la muerte del mayor enemigo de su vida republicana. Por orden de él, fueron asesinadas muchas personas, se calcula 35 mil, dichas muertes han sido generadas de diferentes maneras, desde el asesinato simple con arma de fuego, hasta los más bajo de quitar la vida a una persona con explosivos como lo que sucedió con Martha Moyano.
El ataque al distrito de Miraflores, en la calle Tarata donde murieron 25 personas y quedaron muchos heridos, algo realmente indescriptible en la convivencia entre los seres humanos.
Lo más grave de todo, es que no hubo ningún un ápice de arrepentimiento de lo que habían hecho, lo cual nos llena de tristeza, el pensar que los seres humanos puedan obrar de esa manera, sin arrepentirse de sus malos actos. Aquí no tiene que ver nada la derecha, la izquierda o el centro, aquí tiene que ver la humanidad de las personas.
Lamento mucho, que hasta ahora no entendamos que la única manera de resolver los problemas que tiene la humanidad es la conversación, es el ponerse de acuerdo, podemos discrepar, pero no atacar, no faltarle el respeto a ningún conciudadano, cualquiera fuere su condición social, religión, color de piel, lo que tenemos que saber y entender es que cualquiera de estos hechos no permite de ninguna manera quitarle la vida a un congénere nuestro.
Los hechos descritos arriba, tienen que enseñarle a nuestros hijos y nietos lo que nuevamente puede suceder si es que no se les explica lo que nuestra generación pasó entre los años 1980 y 2000, debemos revisar la historia, nuestra historia, para no volver a cometer los mismos errores que nos impulsó a tener que defendernos del malsano proceder de algunos seres humanos.
Cuando le explico a mi hijo lo que nosotros tuvimos que pasar, a veces no me cree y gracias a que los medios de comunicación de nuestro país han sacado los archivos de lo vivido en esa etapa empieza a entender lo difícil que fue sobrevivir a esa época oscura.
Lo más aberrante es que hay gente que no se arrepiente de esos hechos y eso es lo que más duele como ser humano, lo único que esperamos es que todos los peruanos podamos abrazarnos y tener en cuenta que la violencia no lleva a ninguna solución, sino a más violencia.
Un ejemplo de lo que estoy transmitiendo en estas pequeñas líneas es Alemania, en este país está prohibido hablar del genocida Adolfo Hitler, a causa de él murieron millones de personas, quien habla de Hitler es denunciado penalmente y enviado a la cárcel, no hay día en que los alemanes no pasen en sus medios de comunicación los ejemplos del destrozo que alcanzó hacer este hombre.
Evitemos que esto se vuelva a repetirse, por el bien de todos los peruanos. Dios nos escuche.