La región muestra una situación alarmante, según el reciente Índice Global del Hambre en el Perú. Además, se observa un incremento en los casos de anemia y desnutrición
En el más reciente estudio sobre seguridad alimentaria, Apurímac presenta el peor índice de hambre en el país, alcanzando 32,8 puntos. Existe la preocupación de que su situación empeore y sea calificada como «alarmante» debido a la recesión económica y la crisis climática que impacta la agricultura, según proyecciones de siete ONG europeas especializadas en la reducción de la pobreza, publicadas en el Índice Global del Hambre en el Perú.
La región de la sierra central también muestra un incremento preocupante en los casos de desnutrición crónica y anemia infantil. En 2022, la tasa de diagnóstico en niños menores de 5 años fue del 17,9 %, un aumento con respecto a 2019 según el Instituto Peruano de Economía (IPE). Además, el 52,1 % de niños de 3 a 6 años padecen anemia, superando el 47,9 % del año anterior.
Estas estadísticas evidencian la necesidad urgente de intervenciones en políticas nutricionales, agrícolas y de salud más efectivas en Apurímac. Combatir el hambre, la anemia y la desnutrición no se limita solo a la atención médica individual, sino que es parte de un desafío más amplio que requiere un compromiso multisectorial para mejorar la calidad de vida y el futuro de los niños en la región.
«Las condiciones climáticas, como el Fenómeno del Niño Global, y la volatilidad en los precios del petróleo, podrían coincidir negativamente y afectar gravemente las economías familiares rurales», advierte el informe.
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Anemia y desnutrición en Apurímac
El deterioro de la salud infantil en Apurímac no solo afecta a los niños, sino también a las mujeres en edad fértil, cuya tasa de anemia ha pasado del 17,1 % al 18,1 % en el mismo período. La nutrición prenatal es fundamental para la salud de los niños, subrayando la importancia de una atención mejorada a la nutrición materna durante el embarazo para prevenir estos incrementos.
La anemia en el ámbito educativo limita la concentración y el aprendizaje de los niños, lo que puede resultar en menor escolaridad y, a largo plazo, en oportunidades laborales reducidas. Según un estudio de Lorena Alcázar de GRADE, la anemia representó un impacto del 2 % del PIB per cápita en Apurímac en 2009, resaltando las graves implicaciones económicas de este problema de salud.
Diez regiones en situación grave de hambre
Según el informe Índice Global del Hambre en Perú de Alliance 2015, el país ha experimentado un preocupante aumento del hambre, pasando de 17,7 a 19,6 puntos en una escala que se clasifica como moderada. Se proyecta que esta situación podría agravarse debido a la crisis económica actual.
Diez departamentos, principalmente en la sierra central y sur, así como en la selva norte, muestran los mayores niveles de hambre. Después de Apurímac (32,9 puntos), siguen Huancavelica (30 puntos), Ayacucho (28,2 puntos), Huánuco (26,6 puntos), Loreto (26,6 puntos), Puno (24,2 puntos), Ucayali (22,6 puntos), Junín (21,8 puntos), Cusco (20,7 puntos) y Pasco (20,3).
Departamentos como Cusco, Junín y Pasco han pasado de una situación moderada en 2021 a una grave en 2022. Huancavelica y Apurímac se encuentran en una situación alarmante, con riesgo de empeorar aún más. Los análisis comparativos resaltan el desequilibrio regional, indicando que las áreas costeras tienen menores cifras de hambre en comparación con las regiones de la selva y la sierra, que muestran mayores índices de necesidades alimentarias.
Es relevante notar que Lima Metropolitana también experimenta un deterioro en la seguridad alimentaria, con 19,9 puntos, siendo la peor cifra en la costa.
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