Freddy Chirinos y Pedro Salinas tendrán que responder a la justicia
El colaborador eficaz con clave 145-2019 contó, ante el fiscal Carlos Puma del Equipo Especial Lava Jato, cómo es que la constructora nacional Graña y Montero (GyM) inyectó 100 mil dólares para evitar la revocatoria de la excaldesa de Lima, Susana Villarán.
El testigo empieza su relato indicando conocer a Óscar Vidaurreta, un exjecutivo de la multinacional publicitaria Ogilvy que había colaborado en el pasado con Luis Favre dándole información de contactos en medios durante la campaña presidencial de Ollanta Humala.
A partir de esta experiencia, Favre lo volvió a contactar, en diciembre del 2012, para decirle que José Miguel Castro lo había contratado para la campaña contra la revocación de Villarán, por lo que le pidió ayuda para identificar a los medios más adecuados para colocar publicidad.
Luego fue el mismo Castro quien llamó a Vidaurreta para coordinar directamente con él el plan de medios de la campaña.
Al año siguiente, en el 2013, ‘Budián’ le comentó a Vidaurreta que Graña y Montero sería otro aportante para la campaña contra la revocatoria.
USAN A CHISAC
El colaborador señala que el depósito de la compañía nacional se realizó a través de la empresa CHISAC, Chirinos y Salinas Asociados SAC, que se encargaba de las relaciones públicas de GyM. Como es conocido, CHISAC es de propiedad de Freddy Chirinos y de Pedro Salinas. Así, Ogilvy (es decir, Óscar Vidaurreta) emitió la factura 0001-00018112 por $100 mil dólares por un servicio ficticio.
«Óscar Vidaurreta habló con Freddy Chirinos, que en ese momento era el gerente o presidente de la empresa CHISAC, a efectos de coordinar el pago antes referido. (…) Freddy Chirinos sabía que no se iba a efectuar ningún trabajo, que solo se iba a emitir la factura a efectos de que ingrese el dinero para la campaña», anotó el colaborador.