Candidato a primer ministro, Jordan Bardella, apela a la movilización masiva para obtener mayoría absoluta en segunda vuelta.
La primera vuelta de estas elecciones legislativas en Francia ha confirmado la victoria histórica del partido derechista Agrupación Nacional, que por primera vez gana unas legislativas -lo había conseguido antes en unas europeas- y lo hace con el 33,2 % de los votos y como primera en 233 circunscripciones, a la espera del escrutinio completo.
Con la inmensa mayoría de escaños aún por decidir, el candidato a primer ministro y delfín de Marine Lepen, Jordan Bardella, ha calificado este triunfo de “inapelable”, a la espera de conocerse el escrutinio definitivo, si bien deja clara la primera posición de su formación.
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Una de las tres proyecciones nacionales de escaños publicadas por los institutos demoscópicos contempla la posibilidad de que el RN obtenga la mayoría absoluta en la segunda ronda (le asigna entre 255 y 295 escaños, cuando el umbral está en 289), aunque el histórico ha demostrado que estos sondeos hay que cogerlos con pinzas.
En una breve alocución sin derecho a preguntas, Bardella, subido a un estrado con la bandera francesa, pero sin la europea, ha apuntado a la izquierda del Nuevo Frente Popular como el enemigo a batir en la segunda vuelta y ha prometido que, si es designado primer ministro, cohabitará de “manera respetuosa” con el presidente, Emmanuel Macron, aunque siendo “intransigente” en los principios políticos de su partido, el RN.
Tras la jornada se abre una nueva contienda en el que la movilización volverá a tener un gran peso por ambos espectros ideológicos. Ya lo ha demostrado la primera vuelta con una participación récord, del 65%, y que retrotrae al año 1981.
Lejos del desánimo que reflejaron en pasados comicios, los franceses han demostrado que esta cita con las urnas significaba el fin del ciclo macronista, aunque quede por ver hacia qué lado cae.