Francia dio de plazo hasta el 15 de septiembre para que todo trabajador sanitario esté vacunado, de no ser así podrán ser despedidos.
A partir de este miércoles en Francia, toda persona que trabaje en el sector salud podrá ser despedido de no contar con las dos dosis de la vacuna contra el COVID-19. La obligatoriedad de esta medida afecta a 2,7 millones de personas y enfrenta resistencias en una minoría.
Esta «orden autoritaria (…) generará tensiones y caos», indicó el martes la responsable de Salud del sindicato CGT, Mireille Stivala, durante una manifestación de centenares de personas ante el ministerio del ramo.
Con esta medida, los empleados de hospitales, de residencias de ancianos y los auxiliares de vida, entre otros, podrán pasar a ser despedidos de no haber recibido al menos una dosis de la vacuna. Emmanuel Macron, actual presidente de Francia, dio un plazo hace dos meses, hasta el 15 de septiembre, para que el personal de sanidad se vacunara. Lo cierto es que hace tan solo una semana, el 12% de empleados de hospitales y geriátricos no se habían vacunado.
Varios trabajadores han tomado la decisión de inmunizarse debido a la firmeza del ejecutivo francés, cuyo ministro de Salud Olivier Véran anunció «controles sistemáticos».
Cornellia es una enfermera de 47 años que trabaja en el área de psiquiatría en un hospital de París. Cuenta que cuando regresó de sus vacaciones tuvo que vacunarse «bajo coacción». «No podemos quedarnos sin salario», indicó.
Nathalie Della Giustina, psicóloga de 47 años que trabaja en el este de Francia, indicó que se niega a «jugar a la ruleta rusa» con su salud. «Hoy elegí mi salud, pese a que también me gusta mi trabajo», añadió. Cuenta que su jefe ya le avisó que a partir de este miércoles dejará de trabajar por lo que le dijo que se tomara los días de vacaciones que le quedaban. «Pero me dijo que en dos meses llegará el despido», expresó.
Son varios los países que imponen la vacuna contra el COVID-19 para personas que trabajen en el sector salud, así como en el sector turismo o administración. Grecia, Italia, Hungría, Australia, Canadá y Gambia son algunos de esos países.
Lo que no se entiende es como personas que se dedican al sector salud pueden negarse a recibir la vacuna, algo que en teoría salvará muchas vidas. Ya que Francia ha perdido más de 115.600 vidas producto del COVID-19. Hasta el momento, alrededor del 70% de su población ha recibido las dos dosis de la vacuna, lo que equivale a unos 46,7 millones de personas.
Fuente: AFP.