Gripe Aviar llega a las islas Galápagos y amenaza la vida de todos los animales que habitan allí
Una nueva cepa de gripe aviar de alta patogenicidad, que fue detectada en 2020, ha devastado aves y mamíferos marinos en los cinco continentes. Uno de los últimos lugares en ser afectados son las Islas Galápagos, donde hay especies de animales que no se encuentran en otros lugares del mundo.
Las autoridades del Parque Nacional de las Galápagos, que depende del gobierno de Ecuador, alertaron la presencia del virus de la gripe aviar en la fauna.
Esa detección preocupa a los científicos expertos en conservación. Una de ellas es la argentina Marcela Uhart, veterinaria especializada en fauna salvaje de la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, quien hizo recientemente un informe sobre los riesgos de que el virus llegue a circular en la Antártida
Desde fines del año pasado, más de 24.000 lobos marinos que estaban en costas de Perú, Chile, la Argentina y Uruguay han fallecido. El virus también puede afectar a los humanos. Pero hasta ahora solo se han reportado 9 casos en el mundo.
«Es muy preocupante desde el punto de vista de la conservación», consideró Uhart al conocerse la noticia sobre Galápagos. «Los brotes podrían suponer una grave amenaza para el futuro de estas especies endémicas», explicó en diálogo con la revista Science. En Galápagos hay 78 especies endémicas.
El patógeno es altamente contagioso y podría propagarse rápidamente por las densas colonias de aves marinas, focas y leones marinos de las islas Galápagos.
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Hay otros factores que podrían a la fauna en una situación incluso más amenazante. El calentamiento de los mares provocado por el fenómeno climático de El Niño podría hacer aún más vulnerables a las especies, al agotar la vida oceánica que las sustenta.
Las autoridades del parque ya están restringiendo el acceso a algunas zonas para evitar la propagación accidental del virus. Esa medida podría alterar la economía turística de la zona.
El virus H5N1 ha circulado por Europa, África y Asia durante décadas y causó en ocasiones grandes pérdidas de aves de corral. A finales de 2021, la nueva cepa más agresiva apareció en América del Norte y pronto se propagó por primera vez a Sudamérica.
Guardaparques y técnicos de la Agencia Ecuatoriana de Bioseguridad de Galápagos recogieron cinco cadáveres: tres dieron positivo. “Sabemos que esto es la punta del iceberg”, sostuvo Jiménez-Uzcátegui. “Tenemos ojos vigilando todo el archipiélago”, incluidos guardaparques, investigadores y guías turísticos.