Carlo Acutis dejó un legado imborrable
Carlo Acutis, conocido por ser el primer santo con un perfil en redes sociales, será canonizado por su profunda fe y sus contribuciones a la evangelización digital. El Papa Francisco firmó los decretos de canonización de este joven que falleció a los 15 años debido a una leucemia mieloide aguda. La historia de Carlo, un estudiante milanés, es un testimonio de cómo una vida corta puede dejar un impacto duradero.
Nacido en Londres en 1991, Carlo era hijo de Andrea Acutis, ex presidente de Vittoria Assicurazioni, y Antonia Salzano. Aunque sus padres no eran practicantes, Carlo desarrolló una fe intensa desde muy joven. La familia se trasladó a Milán, donde Carlo asistió a la guardería en San Carlo y luego a la escuela primaria en el Instituto Tommaseo de las Hermanas Marcelinas. A los 14 años, se matriculó en el liceo clásico León XIII.
Carlo destacó en sus estudios y era un joven lleno de energía. Practicaba deportes en el polideportivo Leone y mostraba una profunda empatía hacia los necesitados. Voluntario en comedores para personas sin hogar y en grupos de apoyo para niños con dificultades, Carlo no solo donaba su tiempo, sino también sus ahorros para comprar sacos de dormir y alimentos para quienes vivían en las calles.
Desde niño, Carlo mostró un talento excepcional para la informática. Aprendió de forma autodidacta, utilizando libros de texto universitarios, y pronto comenzó a diseñar programas de computadora y sitios web. Junto a un amigo, empezó a gestionar la página web de su parroquia, Santa María Segreta, y diseñó otros sitios dedicados a la evangelización digital.
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Acutis utilizó su habilidad para la tecnología para crear una exposición virtual llamada ‘Milagros Eucarísticos’, que ha recorrido el mundo. Su capacidad para combinar su fe con sus talentos tecnológicos lo llevó a ser considerado el «santo patrón de Internet».
En octubre de 2006, lo que inicialmente parecía una gripe se convirtió en algo mucho más serio. Carlo fue diagnosticado con leucemia mieloide aguda M3, la forma más agresiva de la enfermedad. Pese a la gravedad de su condición, Carlo enfrentó la noticia con serenidad y fe, diciendo: «El Señor me ha dado un bonito toque de atención».
Carlo fue trasladado al hospital San Gerardo de Monza, donde, consciente de la gravedad de su situación, expresó: «No saldré vivo de aquí». Falleció tres días después, el 12 de octubre de 2006. Su cuerpo, vestido con chándal y zapatillas deportivas, fue expuesto en la iglesia de Santa María la Mayor durante su beatificación en 2020.
Carlo Acutis dejó un legado imborrable. Su devoción a la Eucaristía se resume en su célebre frase: «La Eucaristía es mi autopista al cielo». Su vida, llena de compromiso social y amor por los demás, inspiró a muchos. Su exposición sobre los milagros eucarísticos sigue recorriendo el mundo, difundiendo su mensaje de fe y esperanza.
El milagro atribuido a Carlo Acutis, que permitió su canonización, involucró la recuperación de un niño brasileño de seis años, Matheus, que sufría de una rara anomalía congénita conocida como páncreas anular. La curación de Matheus fue reconocida oficialmente como un milagro.
La canonización de Carlo Acutis llegó en un momento simbólico, coincidiendo con el 130 aniversario del Instituto León XIII, donde estudió. Carlo dejó una huella profunda en su comunidad educativa con su fe, alegría y generosidad. Su historia es un recordatorio de