Muerte del “presidente Gonzalo” debería dar paso al esclarecimiento del paradero del “gringo” que impuso el terror en los andes de Apurímac
Por: Víctor Alvarado
La muerte de Abimael Guzmán Reynoso, abatido por una neumonía en sus dos pulmones en la posta médica de prisión de máxima seguridad de la Base Naval del Callao, abre la posibilidad de esclarecer misteriosos enigmas de la organización subversiva, como es el caso del paradero de Julio César Mezzich Eyzaguirre, considerado en la década del 80 como el número tres de Sendero Luminoso.
Las informaciones oficiales y también las no oficiales dan cuenta que en esa década, la más sangrienta de la guerra interna desatada por Sendero Luminoso, Mezzich, era el jefe militar, Osmán Morote, era el ideólogo y Guzmán “presidente Gonzalo” era el número 1 indiscutible, reconocido por las organizaciones comunistas como la “cuarta espada del comunismo internacional, después Marx, Lenin y Mao Tse Tung”.
Mezzich, según sesudos informes, entre ellos el del analista del Ministerio de Defensa, José Paéz Warton, del desactivado Comando de Frente Interno del Ministerio de Defensa y la investigación periodística del periodista César Reátegui Alvarado, fue visto por última vez en mayo de 1989 por el comandante EP Julio César del Carpio, a cargo de la plaza política militar de Andahuaylas en los días de la lucha antisubversiva.
Científicas francesas
En esos días, la región era peinada por efectivos policiales y militares comisionados para localizar a las científicas franceses Christelle Belhelot y Stephania Marino, que se hallaban en la condición de desaparecidas, luego de haber llegado al Perú e internarse en la zona andina de Andahuaylas (Apurimac), controlada por las huestes de Sendero Luminoso, al mando de Mezzich.
Las científicas francesas habían llegado para promover programas destinados a la conservación de la biodiversidad, en particular de los camélidos peruanos que estaban siendo exterminados. Ellas eran expertas de la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Silvestre y la última noticia reportadas por ellas ocurrió unas dos semanas antes luego de haber llegado a Andahuaylas.
Mientras Del Carpio se hallaba en su puesto de comando, un grupo de comuneros andahuaylinos llegaron a verlo y le informaron muy conmocionados que en la profundidad de una quebrada se encontraban los cadáveres de una pareja de mujeres de apariencia europea, con letreros sobre sus cuerpos que decían más o menos: “Si son machos, recójanlos”.
Cara a cara
Del Carpio, al mando de 20 policías y militares emprendió travesía hacia el lugar indicado por los comuneros y en el trayecto, en un crucero que conduce al cementerio municipal de Humaca, se dieron cuenta que estaban rodeados y habían caído en una emboscada de senderistas.
El líder que se encontraba al frente de la columna subversiva era nada menos que Julio César Mezzich, quien tomó la palabra y le dijo: “Solo hemos venido a rezar a la tumba de la camarada Judith Lagos y no deseo que este encuentro termine en un derramamiento de sangre. En el fondo de la quebrada están los restos de las personas que ustedes buscan, vayan con tranquilidad no se hará ningún disparo”.
El comandante EP Del Carpio, lógicamente no hizo ningún esfuerzo por revertir la situación porque habría terminado en una masacre de su patrulla y ordenó a sus hombres recoger los cuerpos de la pareja y se retiraron. Esta fue la última vez que se vio con vida a Mezzich y la última oportunidad de detenerlo, pues nunca habría ocurrido otra.
Velasco lo amnistió
Mezzich había sido hecho preso por única vez al inicio del gobierno de Velasco y solo estuvo dos años encarcelado, y liberado gracias a la amnistía otorgada a todos los luchadores político- sociales, unos por sus participaciones en las guerrillas del MIR y ELN que lideraron Luis de la Puente Uceda y Héctor Béjar, y otros por ejecutar las primeras invasiones de haciendas realizadas por los activistas, entre ellos Mezzich, del partido Vanguardia Revolucionaria.
Mientras los sobrevivientes de las guerrilas del MIR y ELN optaron por participar en el gobierno de Velasco para impulsar las reformas sociales, en particular, la agrarias, por cuyas ejecuciones habían tomado las armas, Mezzich se reintegró a su organización partidaria Vanguardia Revolucionaria.
De vuelta a VR
En su partido, lo esperaban sus entonces camaradas Ricardo Letts Colmenares, Agustín Haya de la Torre, Edmundo Murrugarra, Fernando Rospiglioso (hoy fujimorista) y Jorge Villarán de la Puente (hermano de la exalcaldesa Susana Villarán, entre otros.
Todos ellos habían sido reclutados por Vanguardia Revolucionaria mientras cursaban estudios en la Universidad Católica, cuando el citado partido era dirigido por Ricardo Napurí.
Mezzich en cumplimiento de su labor partidaria se trasladó a Apurímac para organizar al campesinado y con ellos iniciar una nueva ola de invasiones de por lo menos 30 haciendas, las que se ejecutaron.
En esta aventura tomó contacto con los primeros senderistas dedicados a organizar las primeras bases para el inicio de la lucha armada, el famoso ILA. Mezzich no dudó en unirse a ellos luego de fracasar que la totalidad de su organización también lo haga.
Escalada de atentados
En su calidad de jefe militar de Sendero, Mezzich, particularmente entre enero y julio de 1986, las huestes a su mando cometieron 46 atentados que significaron un centenar de asesinatos de campesinos, miles de dólares en pérdidas por la destrucción de haciendas, voladura de 10 locales públicos y cuatro puentes , que dejaron aislado a Abancay por varias semanas. Y se le atribuye a él la ejecución de una treintena de asesinatos selectivos de alcaldes, gobernadores y regidores.
Entra la retahíla de atentado, cabe mencionar el realizado 26 de julio. Las huestes de “el gringo”, como también era motejado, emboscaron a 27 kilómetros de Abancay a un camión que trasladaba una tropa del Ejército a Chuquibambilla, y lo volaron con un lanzacohetes RPG dando muerte al teniente Luis Dávila Romaní, al suboficial Bernardo Estrada Hurtado y al soldado Eufanio Año Quispe.
En toda esta larga época, Mezzich vestía ojotas, poncho y sombrero, chaccaba coca y se casó con la hija del presidente de la comunidad de Cayapayoc, Andahuaylas, según el informe José Páez Warton.
Después de la última vez que fue visto por el comandante Del Carpio, nunca más se supo de él, especulándose que entró en contradicciones con Abimael Guzmán y que este habría ordenado su eliminación. Otras versiones aseguran que abandonó la lucha armada con algún tipo de protección especial y se hallaría en Zurich, en el norte de Suiza, donde estaría residiendo con otra identidad.
Una especulación que circuló por mucho tiempo fue que los infantes de la Marina lo capturaron luego de batir a su columna y lo eliminaron, sus seguidores siempre creyeron que los tenían preso.
Sería oportuno, entrar de lleno a resolver estos misterios del senderismo.