Hasta el momento se capturaron a ocho personas de ser quienes tenían encerradas a estas mujeres.
Una mujer llamó a la Policía Nacional para denunciar casos de trata de seres humanos. Era una llamada de auxilio: ella era la que estaba siendo esclavizada. En dicha charla contó a los agentes que la obligaban a ella y otras 2 damas a consumir drogas y conservar sexo sin tiempo libre, sin custodia y en condiciones de limpieza lamentables. Todo sucedía en 3 pisos bajos del distrito madrileño de Usera. Ciertos de los que pagaban por sexo tenían menos de 14 años.
8 personas fueron detenidas por mantener el control de esta trama de explotación, 7 de ellas son féminas. A la cabeza, una madame que manejaba los hilos. Hablamos de una dama de Paraguay de 37 años que se situaba en la cúspide de este denigrante comercio con su esposo, un español de 46 años. Lo demás de los arrestados se delegaba de los cobros, de mantener el control de a las chicas, hacerles fotos desnudas, publicitarlas en las páginas de contactos y captar consumidores. “La pareja cobraba en efectivo, empero además por bizum si las porciones eran más grandes de 200 euros”, sostienen fuentes policiales.
Según los primeros testimonios, las 3 féminas, cada una de más grandes de edad, se involucraron en la red de manera voluntaria y empujadas por la necesidad. Empero una vez dentro, las condiciones que les habían prometido cambiaron y terminaron encadenadas a una explotación constante y a un “trato vejatorio”. Hasta que una de ellas escogió a llamar a la Policía hace 3 meses. “En los bajos había instaladas cámaras de estabilidad que las grababan 24 horas”, resaltan fuentes policiales. En aquellas viviendas de puertas pintadas de blanco y persianas constantemente bajadas entraban y salían toda clase de consumidores, lo más alarmante de esta situación, es que la Policía ha podido constatar que ciertos de ellos no llegaban ni a los 14 años.
Sus captores las obligaban a consumir y mover droga y a prestar su cuerpo humano sin tiempo libre a todos los hombres que pagaran por ellas. En el acceso de los bajos en los cuales sucedía todo, había sendas cajas con una especie de botica que tenía dentro cocaína, viagra, metanfetamina y antibióticos.