Municioso análisis del vicealmirante (r) y exvicepresidente de la República, Luis Giampietri
Giampietri advierte de un “interés oculto” en desaparecer al CENEPRED y que sea absorbido por INDECI. “Buscan tener toda la Gestión de Riesgo de Desastres bajo la administración de un solo sector. El botín está en estos recursos”.
¿Qué hace que nuestro clima sea diferente?
Si hay algo constante en el clima del Perú es el cambio. Esta situación proviene de la interacción irregular del clima de los vientos Alisios y la corriente de Humboldt generada en la Antártida, cuyo desempeño aún no ha sido descubierta totalmente por las entidades científicas. Pasamos de etapas muy cálidas a muy frías con rapidez y sin previo o con muy poco aviso, generando inestabilidad climática en nuestras 3 regiones naturales (costa, sierra y selva).
El Perú, por la latitud de su zona central (Lima) 12 grados latitud Sur, debía ser un país tropical igual que sus equivalentes en el Norte de la línea ecuatorial, como Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y los otros países centroamericanos.
¿Es “El Niño” un Fenómeno?
El mal llamado Fenómeno del Niño, considerado como Fenómeno natural recurrente. O es fenómeno o es recurrente. No puede ser ambos a la vez.
Esta confusión ha llevado a nuestra sociedad moderna a pensar que es imposible mitigar sus efectos, lo cual no es cierto. Actualmente, hay que esperarlo resignadamente y al término, remediar. Esta remediación ha sido siempre inconclusa y de mala calidad, lo que debilitó nuestros desplazamientos por vía marítima y terrestre en la costa, sierra y selva, afectando seriamente a la economía.
Nos guste o no, el Niño es un evento recurrente y tendremos que vivir con él y la prevención será siempre una medida inteligente de supervivencia.
El año 2021 fue el segundo año de la etapa de La Niña fría, asomando ondas Kelvin que transportaron miles de medusas (malaguas) del oeste, lo cual predecía la aparición del actual Niño.
El Niño ya está en nuestras aguas y está causando daños. A pesar de la Irresponsable obstinación de las autoridades, desde febrero 2,014 venimos anunciando su llegada, hasta la fecha cuatro ondas Kelvin han acumulado una importante masa de agua caliente en nuestras costas y corresponden con los Niños 1 y 2, Perú-Ecuador, denominados Niño Costero y Yaku. Han aparecido precursores típicos de este evento, entre ellos, hormigas en abundancia, medusas, pericos, merluzas y otras especies marinas típicas de aguas cálidas.
¿Qué causa la falta de previsión?
La falta de previsión genera gastos inútiles y repetitivos en las acciones para remediar los efectos de El Niño. Una de las personas que como gobernante entendió mejor esta dinámica, fue el expresidente Alberto Fujimori. A inicios de su gobierno llevó a cabo tanto acciones de prevención como acciones para remediar sus efectos, manejadas ambas por cuerdas separadas pero concurrentes.
A diferencia de otros gobiernos que no actuaron con criterio para remediar los efectos de El Niño y los daños que ocasionaron en diversas regiones, Fujimori puso énfasis en prevenir los posibles daños que este evento iba a producir. Este solo acto hizo que los costos de las acciones que remediaron sus efectos disminuyeran considerablemente, haciendo que el país no perdiera su continuidad vial, aérea y portuaria; en resumen, se evitó el deterioro de nuestra Economía.
¿Qué organismos tenemos con funciones similares para la prevención de riesgos de desastres?
Ya tenemos la ARCC (Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, creada en el gobierno de PPK) y la actual ANIN (Autoridad Nacional de Infraestructura), cuya ley de creación fue promulgada hace unas semanas. Gran parte de las funciones de ambas “autoridades” están comprendidas dentro de la gestión del CENEPRED.
Durante el segundo gobierno de Alan García, se promulgaron dos leyes, de particular importancia para el caso, que crearon dos instituciones: Primera, se creó el PREVEN (Programa de Reducción de Vulnerabilidades frente al Evento Recurrente de El Niño) que se enfocaba directamente en la prevención de daños a causa de El Niño, Segunda, por factores políticos, se promulgo la creación del CENEPRED (Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres), esta última aún vigente, que incluía la prevención ante daños causados por nevadas, granizos, huaycos, friajes y otros desastres naturales que fueron identificados en un informe muy detallado de la CAF del año1999, a raíz del Fenómeno del Niño más fuerte de la historia del siglo pasado, el cual comprendió dos años, 1997 y 1998.
Con el trascurrir de los años y dentro del marco de la gestión de riesgos de desastres, las funciones del PREVEN pasaron al CENEPRED, teniendo a su cargo las gestiones prospectivas y correctivas ante desastres, siendo las funciones del INDECI direccionadas a la gestión de remediación reactiva.
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¿Es solo perjudicial para el país este llamado fenómeno?
Reiterando, el mal llamado Fenómeno de El Niño, no solo trae perjuicios para el país, sino también puede traer beneficios relacionados con la producción pesquera y agrícola. En tal sentido, se advierte que el Perú debe prepararse para explotar las nuevas especies marinas que ingresan a nuestro mar, así como el mayor nivel de lluvias y el cambio de temperatura favorece el desarrollo de algunos cultivos.
Siempre hemos desperdiciado la oportunidad de captura de especies como el atún que requieren de una autorización de cuota y embarcaciones con las que no contamos, así como, en el Sur dejamos morir por muerte natural una gran parte de la biomasa de anchoveta por persistir en absurdas reglas de pesca que dicta el Ejecutivo.
¿Qué podemos hacer para mitigar el impacto de este llamado “Fenómeno”?
Son varias las acciones que se pueden realizar con el debido tiempo, considerando que El Niño es un evento recurrente. Estas acciones van desde el sector construcción, a través de la descolmatación de los cauces y desagües de quebradas, en las carreteras para impedir su destrucción por la venida de aguas, reforzar las bases y pilotes de los puentes o modificar diseños según sea el caso. El CENEPRED tiene la relación de obras y sus costos, no hay que diagnosticar ni planear mucho, la prevención es vital. Igualmente acciones el sector Salud, a través de la aplicación de vacunas contra las enfermedades que acarrea este desastre, protección de hospitales y postas médicas. Como reza el refrán “Loro viejo ya no aprende a hablar”, la niñez y la juventud, sobre todo en las regiones que periódicamente son afectadas, debe ser instruida en colegios y universidades sobre El Niño y las tareas de prevención. Y así sucesivamente y de manera transversal cada sector, en los diferentes niveles de gobierno, puede tomar las medidas necesarias para prevenir los daños que la naturaleza le puede causar, porque esta debe ser una política de Estado de carácter permanente, independiente de las autoridades de turno para que un periodo de tiempo perentorio estemos siempre debidamente preparados.
¿Qué sucede actualmente en el INDECI y el CENEPRED?
La Ley 29664 (Ley que crea el Sistema Nacional de Riesgo de Desastres – SINAGERD) no ha cambiado. Ambas entidades (INDECI y CENEPRED) e inclusive las funciones de la Secretaría de Gestión de Riesgos se encuentra también a cargo de la PCM, sin embargo, las rectorías del INDECI y CENEPRED las pasaron administrativamente a cargo del Ministerio de Defensa (MINDEF). Tener en consideración que la Rectoría no se cambia por Decreto.
El interés oculto es desaparecer al CENEPRED y que sea absorbido por el INDECI, al punto de tener toda la Gestión de Riesgo de Desastres bajo la administración de un solo sector, así se obtendría que toda la asistencia técnica, la capacitación, los proyectos, etc. pasarían por una sola administración y los recursos que salgan del MEF y de la Cooperación Internacional estarían a cargo de una sola persona. El botín está en estos recursos, es decir, emplearlos en la remediación.
El esquema actual les dificulta ello porque la rectoría continua en la PCM con una administración del MINDEF y así poco pueden hacer. Se necesita generar un caos para luego construir de nuevo; y todo lo nuevo necesita más recursos.
En un informe reciente del ENFEN (Estudio Nacional del Fenómeno El Niño) se precisa que, por el momento, las estimaciones señalan que ‘El Niño” alcanzaría una magnitud débil hasta el mes de setiembre, y en octubre llegaría a una magnitud moderada. Pero para las últimas semanas del 2023 se prevé que ‘El Niño’ tendría su mayor intensidad en el Pacífico Central.
Los intereses ocultos por manejar a través de una sola administración los presupuestos que se asignen para la Gestión de Riesgos, están ocasionando un enorme problema en las funciones y labores actuales del CENEPRED ante la próxima mayor intensidad de “El Niño”.
Es preciso señalar que para la Cooperación Internacional es prioritario el apoyo que se da para la Prevención sobre la Remediación. Por ejemplo, cuando se creó el SINAGERD (Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres) en febrero del 2011, se nos ofreció el apoyo de préstamos blandos por parte de organismos internacionales (BID y Banco Mundial) por 100 millones de dólares para la Prevención (reducción de riesgos), condicionando la asignación de fondos a que “siempre y cuando sean manejados en cuerdas separadas con la remediación”, a fin de evitar el mal gasto de los recursos. Con esta asignación se tenía previsto ahorrar 10 veces más que el dinero estimado para la reacción en remediación una vez sucedido el desastre. Cabe mencionar que este fondo se perdió cuando cesaron políticamente al primer jefe del CENEPRED.
Un poco de historia sobre El Niño
Reportes que datan desde el año 1525, detallan la intensidad de los eventos de El Niño, la cual oscilaba de manera general entre:
-Muy fuerte: años 1578; 1728; 1791; 1828; 1877-1878; 1891; 1925-1926; 1982-1983; 1997-1998.
-Fuerte: años 1525-1574; 1607-1720; 1747-1786; 1803-1814; 1844-1864; 1884; 1899-1900; 1911-1912; 1917; 1932; 1940-1941; 1957-1958; 1972-1973; 1991-1993.
-Moderado: años 1902; 1905; 1907; 1914; 1918-1919; 1923; 1930-1931; 1939; 1943; 1951; 1953; 1965; 1976; 1987.
Los datos iniciales (años 1500-1800) se basan en información obtenida de diarios de bitácora de naves de aquella época. Es información está basada en la historia y no en datos meteorológicos u otros.
Desde la época de los Incas se conocía bien el accionar de El Niño. No construyeron ciudades en los cauces de los ríos sino en alturas. Las activaciones de quebradas eran bien recibidas por los Incas debido a que traían tierra nueva que mejorada la tierra usada en la agricultura.
Cabe mencionar que en antiguos diarios de bitácora se registra que, cuando se navegaba al Norte a fines de año, hay vientos que se invierten y aguas cálidas que llegan del Norte. Ante esta situación, se prevenía a los capitanes de las naves para que encobren los cascos de éstas, debido a la aparición de unas “bromas” (denominación que se daba a una especie de termita marítima) que abrían agujeros en los cascos de madera, pudiendo hundir las naves. Estas bromas radican en los esteros del norte del país (Tumbes); con las aguas cálidas que llegan del Norte arrastran estos microorganismos hacia el Sur.
La experiencia siempre se impone
Cabe mencionar que Giampietri, a través de un artículo publicado en el diario Expreso en el mes de julio del 2014, sugirió importar y distribuir vacunas contra el cólera, dengue, y otras enfermedades tropicales que aparecerían con el calor y lluvias generadas por El Niño.
Igualmente, y en otro plano, se propuso la creación de una Autoridad Autónoma Nacional con capacidad rectora transversal, con el asesoramiento de la Contraloría en funciones de Control Previo y una Ley especial que elimine algunos de los engorrosos trámites que demoran el empleo de los fondos asignados, así como se destine el presupuesto anual no comprometido por las regiones para la prevención de desastres, no se debe esperar la declaratoria de emergencia.
Al respecto, hemos tenido el presente año un brote fuerte del dengue producido por la acción de El Niño en el norte del país (Tumbes, Piura, Lambayeque, principalmente) y ya existe un proyecto de Ley que creará la Autoridad Nacional de Riesgo de Desastres. “Por lo menos en ambos casos, el tiempo me está dando la razón”, dijo.