El 17 de septiembre pasado, la Comisión de Educación del Congreso peruano, rindió homenaje a autoridades que ejercen el cargo de Rectoras, gracias a procesos electorales previos, donde la comunidad docente estudiantil a la que pertenecen, las eligió, otorgándoles la legitimidad democrática pertinente. Se trata de un hecho histórico que tiene que ver con el nuevo protagonismo de mujeres que, haciendo prevalecer su talento, sabiduría, riqueza intelectual, compromiso democrático y vocación de servicio, ejercen un liderazgo cualitativamente distinto, conquistando un espacio que históricamente les fue negado a las mujeres en el país.
Si bien el Perú llegó a los 200 años de vida Republicana y sus textos constitucionales, incluyendo el actual, enarbolan la igualdad, condenando toda discriminación, el Perú es signatario de convenios internacionales que consagran derechos de las mujeres, empero no es menos evidente que, existe distancia entre la realidad jurídica y la realidad fáctica, persisten testimonios de subsistencia de una lógica patriarcal de comportamiento discriminatorio contra la mujer en diferentes escenarios, también en ámbitos académicos, donde las mujeres fueron restringidas en su derecho de adquirir una profesión que le permita servir mejor al colectivo humano que pertenece.
Como lo mencionó la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia Dra. Elvia Barrios, en el acto de homenaje a las Rectoras, hacen 146 años Trinidad Enríquez alzó su voz para que se le permitiera ingresar a la universidad a estudiar Derecho, negándosele posteriormente la posibilidad de colegiarse. La experiencia de esta ilustre ciudadana, resulta emblemática respecto a tantos casos similares, víctimas de injustificados impedimentos para seguir una carrera universitaria. No sorprende que, recién en el año 1908 se materializa la autorización formal para que las mujeres accedan a las universidades.
La historia interpela a la Decana de América, tuvieron que transcurrir 470 años para la elección de una mujer Rectora y 200 años de vida republicana para que en la Universidad Nacional de Educación La Cantuta se produzca similar acontecimiento. Pero el viacrucis que atravesaron las mujeres no se extinguió en 1908, el comportamiento patriarcal está vigente, en forma solapada persisten intentos de relegamiento de la mujer por su sola condición de tal, advirtiéndose mecanismos de impunidad contra estas conductas perniciosas. Resulta trascendental, el reconocimiento y homenaje realizado por la mencionada Comisión Congresal a las Rectoras de universidades peruanas, es una señal positiva, valorando los méritos de connotadas ciudadanas que supieron hacer prevalecer sus potencialidades y generaron consenso para ser catapultadas en los cargos que hoy ocupan, acontecimiento inédito, a contramarcha de la lógica patriarcal aún imperante en nuestro medio, sienta un valioso antecedente hacia adelante, en el marco de los retos que hoy se nos presentan a las mujeres para consolidar espacios tradicionalmente negados.
Este nuevo liderazgo ejercitado por mujeres conduciendo universidades desde el Rectorado, marca una nueva ruta, es incentivo para seguir venciendo viejos obstáculos que arbitrariamente se imponían, demostrando que sí podemos hacerlo, sin privilegios, simplemente exigiendo se extingan los procedimientos de discriminación de género que implican involución en el proceso de consolidación democrática del Perú.
Estamos persuadidas que los derechos no se suplican, se conquistan, con la lucha constante, que logre incluso tener como aliado a los varones. En ese contexto expreso mis respetos y reconocimiento a las compatriotas recientemente homenajeadas por la Comisión de Educación del Congreso, porque nadie les regaló nada, están donde están por su propio esfuerzo y méritos acumulados.
*Doctora en Gobierno y Políticas Públicas y Doctora en Educación, Docente universitaria e Investigadora RENACYT. Directora del Programa de Investigación y Estudios de la MUJER – URP. Presidenta del CWLPS. [email protected]