Si los países Árabes hubieran sido más visionarios y más inteligentes, si hubieran pensado como *Estados*, con altura y no con bajeza, con la cabeza y no con “el trasero”, hubieran evitado el asesinato de 6’000.000 de judíos, de los hornos crematorios.
Si hubieran permitido que los 6 millones de judíos regresaran a su tierra, hubieran actuado con nobleza. ¡Pero no! Actuaron con su Islamismo y su Corán y además, se aliaron con el demonio de Hitler.
Pero, este no es un chiste cruel: El Pueblo Judío, a pesar de que todo el universo, a pesar de que todo el mundo, sabía y tenía conocimiento del asesinato de judíos, durante la II Guerra Mundial: cámara de gas y posterior incineración, logró salir adelante y resurgir de las cenizas, a pesar de todas las persecuciones y la desidia de la Humanidad.
Y hoy, gracias a la ayuda del Todopoderoso, en una pequeñísimo pedazo de tierra, con apenas una parte de su territorio, con 20.700 km2., Israel es una potencia, tratando de ser “Luz para los Pueblos”. No es un país perfecto. Tiene sus fallas, lo cual no es motivo para excusar, sino, insistencia para corregir.
Traigo a colación, unas palabras de Abba Eban, cuando fue Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, en 1958:
“Nunca ha dominado la nación árabe tales elementos de libertad, poder y oportunidad como los que ahora obran en sus manos. Con sus doce estados soberanos, (Arabia Saudita, Argelia, Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Libia, Marruecos, Siria, Sudán, Túnez y Yemen), su vasto territorio, sus grandes recursos en mano de obra y riqueza, ha concretado ambiciones allende las más ambiciosas expectativas de los recientes años. ¿Es que pide el mundo realmente demasiado cuando demanda de este vasto imperio que viva en paz y armonía con un pequeño estado, establecido en la cuna de su nacimiento, sustentando su vida en el más reducido territorio en que sus propósitos nacionales pueden ser realizados?” (Atlas de la Historia Judía, Mapa 116, – Martin Gilbert – La Semana Publicaciones, Israel, Abril 1978).
Agregamos unas palabras de la Primer Ministro, Golda Meir, del 13 de Octubre de 1973: “Cuando el Presidente Sadat dijo el otro día que la guerra debe continuar y que él está dispuesto a sacrificar un millón de hombres, cada año, uno se estremece, no solo por el millón de hombres dando sus vidas, sino porque el líder de un pueblo pueda hacer tal declaración. No queremos muertos de nuestro lado y no nos regocija el causar la muerte a otros. Pero este pueblo, pequeño como es, rodeado como lo está, por enemigos, ha decidido vivir. Y si hemos de pagar el precio para vivir, lo pagaremos. (Ídem, Mapa 120).
Los Árabes “palestinos”, lamentablemente como lo expresamos en pasado artículo, siempre “han perdido la oportunidad de perder la oportunidad”. “La gran verdad histórica es que tuvieron la oportunidad de negociar y eligieron guerra. Pudieron conversar. Decidieron disparar”. Abba Eban, Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, 24 de Octubre de 1973, (Ídem, Mapa120).
La situación es compleja: Toda Israel, con Samaria y Judea o West Bank o Cisjordania, es del pueblo judío!
El deseo de los “palestinos”, de aferrarse a la Tierra de Israel, es un mero capricho y mito, cuento “chino”, instigado por la Liga Árabe. Que desenreden entre ellos, el entuerto.
Pero los tiempos han cambiado. Las nuevas generaciones que están manejando los destinos de los Países del Golfo, que han estudiado en las mejores universidades del planeta, se han dado cuenta que sus antepasados no tuvieron razón en oponerse a la creación del Estado de Israel. Y es probable que en corto tiempo, poco a poco, los Países del Golfo, harán la Paz con Israel.
¡Eso estará bien! Será positivo para la Paz Mundial.
(*) Miembro A.I.E.L.C