Las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela se llevan a cabo en medio de una crisis política y humanitaria de proporciones alarmantes. El régimen de Nicolás Maduro ha intensificado su represión contra la disidencia, expulsando observadores internacionales y aumentando las detenciones arbitrarias de líderes opositores. Las tácticas utilizadas por Maduro para aferrarse al poder van en aumento, mientras la líder opositora María Corina Machado busca sortear obstáculos, esperando una respuesta contundente de la comunidad internacional.
El régimen de Maduro intensifica su campaña represiva contra la oposición venezolana con detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas a destacados lideres como Rocío San Miguel, defensora de los derechos humanos, La expulsión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) refleja la voluntad del régimen de silenciar cualquier voz crítica.
María Corina Machado sigue siendo el símbolo de la resistencia democrática en Venezuela, a pesar de las amenazas y obstáculos, liderando la candidatura unitaria de la oposición, para devolverle la voz al pueblo venezolano con elecciones transparentes. Su determinación ha sido evidente en cada paso de su camino, desde la participación en primarias, luchando por la inscripción de Corina Yoris, hasta la presentación de recursos judiciales para impugnar las prohibiciones arbitrarias impuestas por el régimen.
Pero la persecución política y la represión del régimen, contra miembros de su equipo de campaña, como Magalli Meda, Claudia Macero y Pedro Urruchurtu, los ha llevado a la clandestinidad, mientras que otros, como Henry Alviarez y Juan Freites, han sido desaparecidos forzosamente. Estas acciones violentas por parte del régimen buscan socavar la campaña de Machado y sembrar el miedo entre sus seguidores.
La manipulación y maquinaciones del régimen de Maduro se pusieron al descubierto al aceptar apenas minutos antes del cierre de la inscripción en el Consejo Nacional Electoral (CNE), la candidatura de Manuel Rosales, líder del partido Un Nuevo Tiempo, maniobra vista como premeditada en un intento del régimen de dividir a la oposición y mantener el control sobre el proceso electoral.
La comunidad internacional observado con preocupación la situación en Venezuela, pero su respuesta sigue siendo variada y en ocasiones insuficiente. Si bien algunos países han condenado las acciones del régimen de Maduro y han impuesto sanciones, otros han mantenido una postura más neutral o incluso han respaldado al gobierno venezolano. El gobierno de Biden no puede bajar la presión pues implicaría dar la espalda a la democracia en América. Es crucial que la comunidad internacional aumente la presión sobre el régimen de Maduro y apoye los esfuerzos para una transición democrática en el país.
Las elecciones presidenciales de 2024 representan un momento crítico para el futuro de Venezuela y de toda Latinoamérica. A pesar de la represión y las tácticas del régimen, líderes como María Corina Machado que continúan luchando por un cambio real y la restauración de la democracia son un ejemplo a seguir. La comunidad internacional debe unirse en apoyo al pueblo venezolano y trabajar juntos para garantizar elecciones libres y justas. Solo así se podrá construir un futuro democrático y próspero para los ciudadanos venezolanos y latinoamericanos.