Por: Enrique Peramás / En el 2015 en Corea del Sur participaron alrededor de 160 países del mundo, quienes suscribieron la Declaración Incheon y Marco de Acción para la realización del objetivo sostenible 4: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
Sobre la referida declaración, algunos indicadores: En Corea del Sur la enseñanza es obligatoria y gratuita desde los 7 hasta los 15 años, en Canadá el sistema educativo es gratuito y obligatorio hasta los 16 años.
En América Latina, según el Banco Mundial, Bolivia, Brasil, Argentina, Chile, y otros países latinoamericanos, invierten más en educación que en el Perú. La medición en referencia se hace en base al porcentaje que se destina del PBI de cada país.
Y si vemos la prueba PISA, que es un examen mundial de las habilidades en lectura, matemática y ciencias de los estudiantes de 15 años, Chile es el país latinoamericano con mejores resultados en lectura y ciencia, seguido de Uruguay. En matemáticas primero es Uruguay, seguido de México.
Perú se ubica en el puesto 64 en el mundo, lejos de Chile que se encuentra en el puesto 43. Esta cifra nos debe hacer reflexionar, más aun cuando Ángel Gurría, Secretario General de OCDE precisa “sin la educación adecuada, los jóvenes languidecerán al margen de la sociedad, incapaces de enfrentar los desafíos del futuro mundo de trabajo, y la desigualdad continuará aumentando”.
Hay 9 millones de estudiantes en el Perú, de los cuales más de 1 millón no tienen acceso a ningún medio de comunicación. Es urgente ampliar la cobertura proporcionando educación primaria y secundaria de calidad, equitativa, gratuita y financiada con fondos públicos.
El presupuesto en educación para el 2020 es de 174,400 millones de soles, monto superior en 5.5% res- pecto al 2019. La inversión en educación es el 17.7% del presupuesto nacional. Pero faltan más recursos, para ello generemos políticas públicas valientes y eficaces.
Ejemplos de cómo lograrlo: Las consultorías y las órdenes de servicio en nuestro país se han convertido en una suerte de planilla paralela en los Ministerios, una investigación del Congreso pasado encontró que solo entre el 2011 al 2019 en 8 Ministerios se han gastado 1´061, 836,914.59 soles. Asimismo podríamos ahorrarnos los cientos de millones de soles que gasta el Estado en publicidad. Y si ese monto no nos alcanza para mejorar la educación, eliminemos todo privilegio que recibe la burocracia dorada del Estado, es decir ya no más gasolina, viáticos y otros beneficios. De lograrlo podríamos empezar a mirar el futuro de otra manera. ¿Qué se necesita? Dos cosas fundamentales, y que ha estado ausente en nuestra historia. Gobernar sin privilegios. No solo soñemos un Perú, donde todos sin necesidad de dinero tengan garantizados una educación pública gratuita para sus familias, sino hagámoslo realidad.
Una frase del gran Nelson Mandela “La educación es el arma más poderosa que puedes tener para cambiar el mundo”.