Por: Javier Valle Riestra / Senectud de los Parlamentos

Por: Javier Valle Riestra / Sepamos por lo que vamos a votar en enero: El Parlamento no es primun inter pares (Locke). Ha sido parcelado. Hablemos de esa decadencia, tenemos: i) factores políticos; y, ii) factores jurídicos. Comencemos con los factores políticos.

1. 1. Espíritu intervencionista del Estado de Bienestar. En virtud de medidas administrativas. Sumisión de la mayoría al Ejecutivo. El papel de freno y contrapeso queda solamente en manos de las minorías. 3. Multiplicación de los medios de comunicación social y el crecimiento de su influencia en la opinión pública. Existen tribunas alternativas que compiten con el Parlamento. 4. La crisis del Estado de Bienestar arrastra a todos los poderes; lógicamente, al Parlamento. 5. La defensa de intereses sectoriales por vías extraparlamentarias. Un neocorporativismo. 6. Distanciamiento de la relación entre electores y elegidos por listas cerradas y bloqueadas.

El elector desconoce hasta el nombre de las personas que elige. Sigamos con  los factores jurídicos:

1. Ya no es el Parlamento = derecho = ley. Existen Decretos presidenciales de urgencia, facultades delegadas; el Presidente puede celebrar o ratificar tratados o adherir a éstos sin el requisito de aprobación previa por el Congreso. Salvo derechos humanos, soberanía, defensa, obligaciones parlamentarias. Tenemos también el dominio de la ley y del reglamento con sus propias áreas.
2. La existencia de entes supranacionales a los que se les delega competencias (agrícolas, transporte etc.) impenetrables por las asambleas domésticas.
3. Quiebre de la soberanía de la ley producida por el derecho comunitario. d. Tribunales Constitucionales. Pasan de derogadores de normas a promulgadores de las mismas. e. Defensor del Pueblo u Ombudsman, que controla a la administración de manera sumarísima.
4. Regiones autónomas, comunidades autónomas, estados federales. Como lo recuerda Delgado Güembes, desde 1980 hasta el cinco de abril de 1992, se dieron 15,148 normas correspondiendo el 85.5% al Ejecutivo (decretos supremos y decretos legislativos) y sumada la proporción de leyes sancionadas que nacen de una iniciativa del gobierno (45%) se concluye que el 90% de la producción normativa es atribuible al Ejecutivo y solo el 10% al Parlamento. Veamos un cuadro:

No obstante que fui parlamentario, reconozco la hegemonía legislativa del Poder Ejecutivo. Hoy con mayor razón.