Por: Martín Valdivia Rodríguez / A menos de una semana de las elecciones para elegir a un nuevo Congreso, ¿usted siente que los candidatos que lo representarán son las personas idóneas para hacerlo? Es más, ¿usted siente que habrá elecciones? Sin temor a equivocarme, pienso que estas justas electorales son las más insípidas de la historia, plagada de improvisación y repleta de advenedizos que quieren vivir un año de la teta del Estado. Precisamente, los ciudadanos capacitados para ejercer como parlamentarios no se presentan en estas elecciones por lo grotesco e improvisado de las mismas.
Sino mire nomás los “debates” televisados y los spots de la franja electoral: son una ofensa para el Perú y para la inteligencia de los electores. Lo chicha y lo chabacano se trasladó a la política sin que nadie se ruborice ni se despeine. Eso es lo que ha creado el gobierno con esta suerte de “parche democrático” que tiñe a nuestra política de bufones y Cantinflas sin ninguna propuesta coherente, a tal punto de pensar que el anterior parlamento fue mejor de lo que se cocina actualmente con esta recua de candidatos improvisados.
La culpa no sólo la tiene el gobierno, como ya lo dijimos, sino los propios partidos políticos que aceptan en sus listas a cuanto improvisado se presenta. ¿Y los filtros por donde deben pasar quienes pretenden llevar la representatividad de tal o cual movimiento? ¿O acaso el que manda es Don Dinero y lo que menos importa son los pergaminos intelectuales y de gestión de los candidatos? Si tenemos los parlamentarios que tenemos es culpa enorme de los partidos políticos y su falta de celo en procesar correctamente la hoja de vida de sus correligionarios.
Por ello consideramos que el voto debe ser voluntario, sin que exista la presión de acudir a las urnas obligados a taparse las narices por la triste oferta electoral que se nos presenta. Muchos países desarrollados así lo hacen y no me digan que con ello se carece de representatividad, al contrario, el candidato es electo por quienes realmente lo representan y se sienten identificados. Estoy casi seguro que, en esta oportunidad, el voto en blanco y nulo será el gran ganador de la contienda del próximo domingo.
Sería bueno también saber a cuánto asciende la partida presupuestal destinada a estos comicios. Se especula que son unos 4 dólares por ciudadano. Una simple multiplicación nos dará la cifra exacta de esta danza de millones que bien pudo ser utilizado en otras cosas más urgentes. En fin… porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.