Por los delitos de corrupción, malversación de fondos, fraude, entre otros
El tribunal del Estado de Ciudad del Vaticano ha iniciado ayer martes la primera audiencia del proceso que sienta en el banquillo por primera vez a un cardenal, el exprefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Becciu, por un delito de corrupción relacionado con inversiones inmobiliarias.
Se trata de un juicio histórico, pues por primera vez un cardenal se sienta ante el tribunal del Estado Ciudad del Vaticano.
Además, el juicio se regirá por las nuevas normas emitidas por el papa el pasado 30 de abril en un “motu proprio” (documento pontificio) que asigna a la Justicia ordinaria del Vaticano los eventuales juicios penales a cardenales y obispos, hasta ahora competencia del Tribunal de Casación (Supremo).
El proceso
El proceso trata de esclarecer si diez personas, entre ellas Becciu, cometieron delitos de corrupción, malversación de fondos, blanqueo de dinero, fraude, extorsión y abuso de poder durante una inversión en 2013 de unos 350 millones de euros en un edificio de Londres, con dinero proveniente de los fondos del Óbolo de San Pedro, que recoge donaciones de católicos para financiar obras caritativas de los papas y su actividad.
Respecto al cardenal, El italiano Angelo Becciu fue hasta el año pasado uno de los hombres más influyentes de la Curia y uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco. Se le considera responsable último de las operaciones en Londres, pues era entonces el sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
En mayo de 2018, el papa Francisco le designó prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo que ocupó hasta septiembre de 2020, cuando el sumo Pontífice aceptó su renuncia.