Por primera se conoce el núcleo marciano, estructura del manto superior y espesor y estructura de la corteza
La NASA ha revelado nuevos descubrimientos acerca del planeta Marte en base a una recopilación de datos obtenidos de la misión InSight. Gracias a los cientos de temblores que el módulo de aterrizaje estacionario ha registrado en Marte desde 2018, un grupo de científicos ha podido analizar qué podría estar debajo de la superficie del planeta.
La sonda InSight de la NASA descendió en el llamado planeta rojo el 25 de noviembre del 2018 y tras un viaje de 205 días arribó a la superficie marciana sana salva para encargarse de estudiar el subsuelo marciano y cartografiar el submundo del planeta. Su aterrizaje lo hizo en una franja soleada de paisaje monótono, en las llanuras ecuatoriales de Elysium Planitia.
Los nerviosos equipos de científicos e ingenieros de la NASA, reunidos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) en California, supieron entonces que la sonda había sobrevivido a su delicado descenso hasta la superficie del planeta rojo tras recibir una batería de datos seguidos de una imagen de la propia InSight, que mostraba un horizonte polvoriento con un solo pie robótico.
La sonda InSight fue oficialmente en noviembre del 2018 el miembro más reciente de una flota de élite de robots interplanetarios que llegarían después y exploran actualmente el planeta rojo, entre ellos el Mars Reconnaissance Orbiter, más conocido como róver, que realiza actualmente otras exploraciones igualmente trascendentales.
Lugar de aterrizaje
Unas horas antes del 25 de noviembre, el equipo de entrada, descenso y aterrizaje de la sonda la guió en una trayectoria que le permitiría centrarse en el lugar escogido de la superficie marciana, bautizada como Elysium Planitia.
Se trata de una llanura plana y monótona que fue escogida por la luz solar relativamente abundante en el ecuador y su monotonía geológica en la superficie, que ofrecen la mejor oportunidad de hallar lugares ideales donde desplegar su instrumental.
Una vez iniciado su descenso a través de la atmósfera, el equipo que lo monitoreaba desde la NASA solo podía sentarse y esperar. InSight debía volar sola hasta la superficie marciana, lo que significaba que un aterrizaje seguro dependía de que las órdenes preprogramadas fueran correctas y de que todo el instrumental a bordo funcionara de forma adecuada.
«Hay determinados aspectos que me harán sonreír si todo va bien», dijo entonces, Julie Wertz-Chen, miembro del equipo de entrada, descenso y aterrizaje.
Mientras InSight establecía contacto con el fino aire del planeta, un escudo térmico la protegió de arder mientras descendía a casi 20.000 kilómetros por hora. Casi un minuto después, la sonda desplegó un paracaídas que la frenó y la ralentizó a 215 kilómetros por hora.
Datos obtenidos
«Me hace muy feliz que sea una llanura increíblemente segura y de aspecto monótono. Es precisamente lo que queríamos, es lo que me prometió el personal de selección del lugar de aterrizaje», afirma Tom Hoffman, director del proyecto InSight. «Me prometieron que sería arenoso y sin rocas. Pero hay una roca, así que tendré que hablar con ellos».
Los descubrimientos fueron compartidos oficialmente en la revista científica Science a lo largo de tres distintos documentos enfocados específicamente en el modelo de detección sísmica del núcleo marciano, la estructura del manto superior y, finalmente, el espesor y estructura de la corteza marciana.
Todos los datos surgieron del módulo InSight a partir de los registros de los martemotos (nombre oficial de la actividad sísmica en el planeta rojo), que la máquina ha presenciado desde su llegada. Cada uno de estos sismos habría estado aportando un pedazo de información para que ahora científicos de todo el mundo pudieran hacer estimaciones sobre la estructura del planeta.
Entre los descubrimientos se encontró que el núcleo marciano, compuesto principalmente de una aleación líquida de hierro y níquel, se extendería a unas 1,100 millas (cerca de 1,770 kilómetros) desde el centro, aproximadamente a la mitad de la superficie.
En comparación, el núcleo interno de la Tierra también es fundamentalmente una aleación de hierro y níquel, pero es una bola densa y sólida con un radio de menos de 1300 kilómetros.
Descubrimiento del núcleo
El descubrimiento del núcleo del planeta probablemente sea uno de los avances científicos en el área de astronomía más importantes de la última década. Simon Stähler de la universidad de investigación suiza ETH Zurich y director del estudio sobre el núcleo de Marte afirmó que se trató de una “oportunidad única en la vida”.
“A los científicos les llevó cientos de años medir el núcleo de la Tierra; después de las misiones Apolo, les tomó 40 años medir el núcleo de la Luna. InSight tardó solo dos años en medir el núcleo de Marte”, explicó Stähler.
Los estudios también describen que la capa de la corteza marciana es tan delgada como la de la Tierra, y solo alcanza entre 24 y 72 kilómetros por debajo de la superficie. Sin embargo, la principal diferencia entre ambas cortezas sería que la contraparte terráquea cuenta con placas tectónicas, mientras aquella de Marte es más bien una sola placa gigante.
Toda la información se obtuvo principalmente a partir del sismómetro integrado en la máquina InSight, por lo que todo tipo de vibración identificada por el dispositivo significó una pieza más para darle forma a lo que oculta la superficie marciana.
Otro gran descubrimiento
Uno de los descubrimientos que más llamó la atención de los científicos fue que la gran mayoría de actividad sísmica era proveniente del área Cerberus Fossae, una región volcánica activa que al parecer ha mantenido un flujo constante de lava a lo largo de los últimos millones de años.
Todos estos son avances bastante significativos para la comprensión de nuestro vecino en el sistema solar y no se duda que podrían haber más datos aún más reveladores en próximas fechas, según admitió la NASA. “Tenemos que hacer un gran procesamiento cuidadoso para extraer las cosas que queremos de estos datos. Tener un evento más grande facilitaría todo esto”, explicó Mark Panning, co-autor del documento centrado en la corteza marciana.
Este nuevo conocimiento sobre la composición del planeta rojo, no solo nos ayudará a comprender la estructura de Marte, también será una gran ayuda para conocer cómo fue su origen y, siendo bastante optimistas, es posible que nos permita aprender más acerca de lo que esconde el resto del sistema solar.
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