Entrevista al analista político Gustavo Romero Umlauff.
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Ante la ola de protestas y el incremento de los niveles de violencia por parte de un grupo de extremistas que «marchan» contra el gobierno de Dina Boluarte, el abogado considera que es necesario adelantar las elecciones porque las actuales autoridades han perdido legitimidad, pero que ello no se puede hacer de manera apresurada ni sin las reformas correspondientes.
Desde la vacancia de Pedro Castillo el país ha sufrido interminables “movilizaciones” que, hasta la fecha, han dejado casi 60 fallecidos y cientos de heridos, además de una crisis económica producto del bloqueo de carreteras. ¿Cuál es su diagnóstico?
Esto no es espontáneo, es preparado, es algo que ha venido siendo articulado desde el día dos del gobierno de Pedro Castillo. Lo que está ocurriendo hoy en día son lo que algunos analistas llaman conflictos moleculares: pequeños grupos violentistas se han dispersado en varias zonas del país y lo que buscan es crear un conflicto de naturaleza socioeconómica. Por eso el bloqueo de carreteras, la toma de aeropuertos, la destrucción de agroexportadoras, la paralización de las grandes mineras, el intento por cercar Lima y la manipulación de la narrativa sobre lo que está sucediendo. Esto es algo concertado por un grupo de personas vinculadas a la izquierda y a la izquierda radical, a la minería ilegal, etc., no son simples protestas espontáneas de una población indignada. No son manifestantes, son violentistas, son representantes de una nueva actuación de Sendero Luminoso.
Un escenario de este tipo requiere respuestas firmes, contundentes y, sobre todo, céleres. ¿Cómo califica el desempeño de nuestras autoridades durante estos 60 días de crisis?
Por una parte, los congresistas no han sabido actuar ante la crisis por su falta de experiencia política, y esa carencia se traduce en no saber responder a quienes buscan el caos. Yo siempre he criticado que se haya eliminado la reelección inmediata para los congresistas -una vil jugada de Vizcarra quien además cerró inconstitucionalmente el Congreso hace unos años- porque eso impide que los partidos políticos se fortalezcan y se formen líderes. Y a esto hay que añadirle el factor de las bancadas de izquierda e izquierda radical, personas de una intransigencia inaceptable y que crean una narrativa absolutamente mentirosa lo que, en consecuencia, da una mala señal de que en el Parlamento no se encuentra un punto en común y priman intereses particulares. Además, esos bloques se han juntado con otras personas cuyos intereses no son la patria, buscan que se incorporen sí o sí cuestiones que son propias de un ideario el cual intenta cambiar todo con una Asamblea Constituyente. Aunque hay que remarcar que quien es el responsable de manejar el conflicto no es el Parlamento, sino el Ejecutivo.
Entonces, ¿cómo ve el adelanto de elecciones? ¿Es factible teniendo en cuenta su inexperiencia política para reaccionar?
No creo que sea la solución a todos los problemas, aunque es cierto que esta gestión no aguanta hasta el 2026. Tanto Legislativo como Ejecutivo han perdido su legitimidad. En ese sentido sí es necesario adelantar las elecciones, pero se tiene que hacer bien; es decir, primero se deben realizar en un plazo de tiempo razonable (finales del 2023 o inicios del 2024), y segundo hay que cambiar algunas reglas de juego: no podemos ir a unos nuevos comicios sin reformas. Por ejemplo, que vuelva la reelección congresal y la bicameralidad, que se fortalezca el rol de garante de las Fuerzas Armadas durante los procesos electorales, y que se cambien a las actuales autoridades encargadas del sistema electoral. También hay que crear las condiciones para el fortalecimiento de los partidos políticos y hacer algunas modificaciones en la Constitución. Si se adelantan las elecciones sin más vamos a volver a sufrir un Congreso y un Ejecutivo con este tipo de gente tan incapaz y radical que rechaza cualquier intento de diálogo.
En diciembre pasado se logró un consenso para adelantar las elecciones a abril del 2024; sin embargo, Fuerza Popular presentó una reconsideración para que dichas se realizasen en octubre del 2023, lo cual fue rechazado. Tras ello, volvió a intentarlo, pero para diciembre del 2023, tampoco tuvo éxito. Luego Perú Libre y la propia Dina Boluarte presentaron sus propios proyectos, tampoco prosperaron. En total, han sido 4 las propuestas de adelanto debatidas y rechazadas. ¿Cómo explicar este entrampamiento?
Hasta ahora no comprendo cuál fue el propósito de Fuerza Popular de jugar al adelanto casi de forma inconsulta cuando ya había un consenso en el Congreso. Sinceramente no lo llego a entender. Su medida descolocó al bloque y lo ha mostrado como débil. Por otra parte, era previsible que rechazasen la propuesta de Perú Libre por la sencilla razón de que era inviable eso de unas elecciones en 4 meses y la consulta a una Constituyente, aunque eso ellos lo sabían y aun así insistieron porque quieren minar la figura del Legislativo y de la Mesa Directiva presidida por Williams. También me parece que la presidente Dina Boluarte se equivocó al querer forzar al Congreso y trasladarle la responsabilidad porque no consideró que la ciudadanía le pide a ella autoridad y porque quienes están en cierta medida sosteniéndola son justamente los que en el pasado eran sus opositores. Ella debe enfocarse a lo que corresponde: reestablecer el principio de autoridad y controlar el país, y también se debe de dejar de tratar con eufemismos a los violentistas que están destruyendo el Perú, y si Boluarte no es capaz de hacer eso, entonces lo ideal sería que renuncie.
¿Qué cree que pueda ocurrir de seguir sin una solución?
De continuar este juego, la calle se va a poner más agresiva. Si el Ejecutivo no responde con mayor firmeza y el Congreso continúa cayendo en el juego de la izquierda, los niveles de violencia van a seguir escalando. Este escenario está siendo aprovechado por los grupos violentistas.
¿Cómo se debería solucionar esta crisis?
Por parte del gobierno, la única manera es que se utilicen bien a las fuerzas armadas para poder pacificar al país de esta violencia desmedida y coordinada. Necesitamos contar con un principio de autoridad mucho más rígido, fuerte, decisivo y firme, sobre todo tras la gestión de Pedro Castillo pues durante el tiempo que estuvo en el poder se dedicó a azuzar a ciertos sectores con el único fin de lograr la anarquía para justificar su Constituyente. Por parte del Congreso, un primer paso es adelantar las elecciones, pero hacerlo bien. Si queremos tener un país un poco más ordenado, debemos priorizar el adelanto de elecciones a abril del 2024 y aplicar las reformas necesarias, eso es lo que yo pienso. También se necesita una mayor agresividad comunicacional en el exterior, pareciera que afuera están viendo una televisión distinta a la que nosotros miramos.