Exmandatario supo que su vacuna no iba a ser un placebo
Una fuente del centro de investigación, el expresidente Martín Vizcarra llamó, el primero de octubre de 2020, a Palacio de Gobierno al médico Germán Málaga, jefe del programa de ensayos clínicos de las vacunas del laboratorio Sinopharm.
En esa reunión acordaron -después del pedido expreso del jefe de Estadoque al día siguiente, dos de octubre, el entonces mandatario iba a ser inmunizado con la dosis que en ese momento el Perú negociaba con China pero que ya estaba en poder de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, quien venía realizando los ensayos clínicos.
A Germán Málaga -quien quedó totalmente comprometido por Vizcarra- no le quedó más remedio que aceptar la petición presidencial, y regresó el dos de octubre a la casa de gobierno con una enfermera de apellido Castillo.
Las visitas quedaron registradas en la base de datos de Palacio de Gobierno pero, como para despistar a los curiosos, estas se consignaron para la oficina de Pedro Pablo Angulo de Pina, secretario general del despacho presidencial, quien semanas antes había reemplazado a Miriam Morales.
“El presidente sabía que lo que se le iba a poner no era placebo sino la vacuna que se había reservado para los médicos que iban a monitorear el ensayo clínico”, sostiene una fuente quien pidió mantener la reserva de su identidad.
“No hay documentos que sustenten un ensayo clínico porque Vizcarra no se sometió a este. No sé por qué ha dicho que participó en un ensayo”, señala la fuente de primera mano.
La fuente sostiene que aceptar que el equipo de la universidad vaya a Palacio de Gobierno sí fue irregular y mucho más aceptar que también su esposa sea inmunizada con el fármaco. Además, asegura que Vizcarra se tomó foto con los frascos que contenían las dosis.