Desenlace había sido anunciado por líder de la resistencia antitaliban, aliado de EE.UU., desde su bastión de Pánshir
El grupo extremista Estado Islámico– EI se atribuyó la responsabilidad de una serie de atentados mortales contra vehículos talibanes en el este de Afganistán, que dejaron un saldo de al menos ocho personas en Jalalabad, incluidos varios combatientes de la facción fundamentalista que se apoderó del gobierno
Este desenlace había sido anunciado el pasado 23 de agosto por Ahmad Massoud, líder de la resistencia antitalibán en Afganistán y aliado del Ejército estadounidense, desde su bastión rebelde en el valle montañoso de ¨Panshir, al noroeste de Kabul, donde advirtió que si los talibanes no aceptan un gobierno inclusivo, Afganistán entraría en guerra civil.
Massoud insiste en la necesidad de un nuevo gobierno de amplia base, que represente a todos los grupos étnicos de Afganistán, el que debe emerger luego de la retirada del país del ejército estadounidense, y ha pedido que un «régimen totalitario» no debe ser reconocido por la comunidad internacional.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en una campaña relámpago el mes pasado, invadiendo la capital de Kabul mientras Estados Unidos y la OTAN estaban en la fase final de retirada de sus tropas. Los últimos soldados extranjeros se marcharon el 30 de agosto.
Antigua rivalidad
Los talibanes ahora enfrentan importantes desafíos económicos y de seguridad al tratar de gobernar Afganistán, y una campaña acelerada de ataques del EI complicará aún más esos esfuerzos. Los talibanes y los extremistas del EI eran enemigos antes de que las tropas extranjeras abandonaran Afganistán.
Ambos grupos suscriben una interpretación dura del Islam, pero los talibanes se han centrado en tomar el control de Afganistán, mientras que los afiliados de ISIS en Afganistán y en otros lugares piden una jihad global.