Fue realizada en la cárcel “el buen pastor” de Bogotá donde estaba recluida desde el 2019
La colombiana Giselle Jaller Jabbour, que permanecía en una prisión condenada por múltiples estafas que realizó durante los años 90, murió en la noche del pasado jueves por la aplicación de la eutanasia, léase su muerte deliberada solicitada por ella mismo y autorizada por las autoridades de salud colombianas.
Según informó Blu Radio, la mujer fue sometida a la eutanasia por una enfermedad que le ocasionaba un prolongado sufrimiento. Dicho procedimiento se llevó a cabo en la cárcel El Buen Pastor donde permanecía recluida desde 2019, cuando fue capturada en el barrio Bella Suiza.
Para la aplicación de la eutanasia la condenada por fraude procesal recurrió al Ministerio de Salud, que dio el aval para el procedimiento.
Jaller nació el 3 de marzo de 1959 en Beirut, Líbano, pero fue traída desde niña a Colombia. En los 90 logró cometer varios fraudes luego de conquistar la confianza de los más altos oficiales encargados de las compras de la entidad y lograr que le adjudicaran tres contratos por 800 millones de pesos para la época.
Tras su captura, en diálogo con medios radiales Jaller Jabbour aseguró que prendería el ventilador y presentaría todas las pruebas que tenía en contra de los implicados en el crimen del líder político Álvaro Gómez Hurtado.
Un atentado
Manifestó que tenía la “memoria” del exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño, en las que hace referencia al plan para atentar contra el candidato presidencial Gómez Hurtado. Pero de eso no reveló nada.
La más conocida estafa que se le atribuye es la que le hizo a los altos mandos militares haciéndose pasar por una exitosa empresaria.
Jaller, con una firma denominada Inter Terra se ofreció para ganar un contrato con el Ejército para la fabricación y suministro de pertrechos militares cuando Indumil es la única empresa oficial autorizada para fabricar armamentos y municiones en Colombia.