Por: Omar Chehade
Cuando presidí la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso de la República, aprobamos el proyecto de reforma constitucional del distrito electoral 27, creando nuevos escaños para la diáspora peruana en el exterior, es decir, que cuando haya elecciones generales, ya no voten por los candidatos de Lima, sino que, como corresponde, elijan a sus propios representantes, que también son peruanos, y que, como ellos, también residen en el extranjero.
Nadie como ellos mismos, pueden ser conscientes de su propia realidad, y sobre todo de sus propias peripecias que los aquejan fuera del Perú. Los peruanos en el extranjero, no pueden ser olvidados, y mucho menos pueden considerárseles ciudadanos de segunda clase por vivir fuera del Perú.
Si decidieron irse al extranjero, fundamentalmente, en los últimos 35 años, fue por la poca capacidad del Estado de darles oportunidades de vivir con dignidad, su situación económica era paupérrima y lo que ganaban en el país no servía para mantener las necesidades de sus familias, otros se fueron hastiados del terrorismo, o la corrupción de muchos gobiernos que socavaron la economía del país.
La gran mayoría de los miembros de la diáspora peruana se fueron, porque, paradójicamente, otros países sí les brindaban las oportunidades laborales que el Perú no podía. Los peruanos en el exterior, según nuestra Cancillería sumaban hasta el año 2013, tres millones de personas registradas, la mayor parte radicados en Madrid, Roma, Milán, Buenos Aires, Santiago, Tokio, y los Estados Unidos, en especial, New Yersey, La Florida, Los Ángeles y Patterson.
Casi todos ellos con problemas donde nuestras embajadas y consulados no se dan abasto para poder cubrir sus necesidades. En lo particular viajé a Argentina, España y los Estados Unidos, y nos manifestaron su profunda preocupación no solo por lo que les sucedía a la mayoría de ellos, sino por lo que acontecía en el Perú, ya que la mayoría de sus familiares se habían quedado en nuestra patria.
Se hicieron muchos esfuerzos por ellos, incluso en los Estados Unidos, contábamos, con un patriota, que, de forma desinteresada en lo personal, colaboró con nosotros en múltiples oportunidades, don Julio Salazar, a quien rindo mi homenaje. En el Parlamento nos pusimos de acuerdo entre varias bancadas, y aprobamos el proyecto de ley en la Comisión de Constitución y también en la Comisión de Relaciones Exteriores.
Con ello, abríamos algunas curules adicionales para que en las próximas elecciones (del 2016) se sumaran los peruanos del extranjero al nuevo Congreso. Pero como era reforma constitucional, necesitábamos una votación con mayoría calificada, esto es mínimo 87 votos.
Lamentablemente, al final algunas bancadas retrocedieron en los acuerdos, y a otros congresistas no les interesaba, y en el pleno parlamentario nunca se llevó a cabo ni el debate ni la votación. Hoy, en épocas de reformas políticas, es indispensable que el nuevo Congreso del 2020, incorpore esta importante reforma, y no olvidar a los peruanos en el extranjero, quienes tienen los mismos derechos que todos nosotros.
Ex Vicepresidente de la República del Perú.