La fecha conmemorativa tiene como objetivo resaltar el papel biológico y cultural del felino conocido también como otorongo
En ese sentido, Serfor precisó que como especie sombrilla, asegurar la conservación del jaguar permite salvaguardar también la presencia de las especies que comparten su hábitat y permiten contar con espacios naturales saludables.
En ese contexto, el Serfor especificó que al garantizar la conservación del jaguar como una especie sombrilla, se protege también la presencia de otras especies que comparten su hábitat, contribuyendo así a mantener espacios naturales saludables.
Explicó que en línea con esta perspectiva, Perú reconoce la significancia de la especie y la imperiosa necesidad de unir esfuerzos para su preservación. Como resultado de esta conciencia, en 2022 se aprobó el Plan Nacional de Conservación del Jaguar 2022-2031, cuyo objetivo principal es la conservación de la población de jaguares (Panthera onca).
El plan contempla diversas medidas estratégicas de gestión con la participación comprometida de actores clave, tanto del ámbito privado como público.
Dado su papel emblemático en las Américas para la conservación y la lucha contra el comercio ilegal de especies, cada 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Jaguar.
Esta fecha fue designada durante la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD COP 14), que tuvo lugar en octubre de 2019. El propósito es destacar la atención en torno al felino más grande de las Américas y su crucial función en el equilibrio de los ecosistemas.
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Depredador emblemático
El jaguar, el depredador terrestre más grande de las Américas, ostenta el título de «señor de los animales» según las culturas prehispánicas. Su rango histórico se extendía desde el suroeste de los Estados Unidos hasta el Río Negro, al norte de la Patagonia, en Argentina. En la actualidad, su presencia se registra en 18 países de Latinoamérica.
La importancia del jaguar en los ecosistemas donde reside radica en su capacidad para regular la densidad de sus presas, desempeñando así una función crucial. Al ocupar la cúspide de la cadena alimentaria, también controla la presencia de otros depredadores, contribuyendo a regular el funcionamiento y la estructura de los ecosistemas.
En Perú y Latinoamérica, se le reconoce como una especie carismática y emblemática, considerándolo una «especie sombrilla» fundamental para la conservación de los ecosistemas que habita y de las especies que comparten su hábitat.
El jaguar ocupa un lugar significativo en la cultura de los pueblos de América y recibe diversos nombres según el dialecto o lengua de cada comunidad, como otorongo, yaguareté, nahuel, sipgua, balam, onca, barum, entre otros.
Para muchas de las grandes culturas andinas, amazónicas y del Chaco, el jaguar es considerado un ser sagrado, asociado al inframundo, a la cosmovisión y a las deidades. Incluso, en algunas creencias, el jaguar es venerado como un dios debido a su astucia y fortaleza.
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