El nuevo dueño Musk asegura que la comedia vuelve «a ser legal» en la red social.
Elon Musk es el hombre más rico del mundo (223.000 millones de dólares de patrimonio), pero también es un cachondo mental. El magnate lleva años jugando con los límites del humor y de la libertad de expresión como usuario de Twitter. Y ahora, que es el dueño y el tuitero en jefe de la red social, quiere imprimir su propia visión laxa sobre las líneas rojas acerca de la comedia, la ofensa o la divulgación de noticias no contrastadas.
A las pocas horas de hacerse con el control de Twitter, y tras explicar que va a crear un consejo de moderación de contenidos, Musk ha tenido que hacer frente a varias bromas que ponían a prueba su capacidad de encaje. La más sonada ha sido la de dos cómicos que se plantaron en las oficinas centrales de Twitter y se hicieron pasar por dos ingenieros despedidos. Incluso hicieron declaraciones a los medios.
Lejos de enfadarse, el magnate se mofó de una periodista de la CNBC que recogía unas declaraciones de esos supuestos despedidos diciendo que ahora iban a tener «dificultades para pagar las letras de mi Tesla [la otra gran compañía propiedad de Musk]». También aseguró que es «es uno de los mejores troleos [bromas pesadas] que he visto en mi vida».
El nuevo dueño de Twitter quiso dejar claro que ahora «la comedia es legal» en la red social.
El propio Musk ha conocido en sus carnes los problemas de ir muy lejos en sus declaraciones en Twitter. El supervisor financiero de los mercados (la SEC) llegó a sancionarle cuando publicó un mensaje diciendo que tenía financiación suficiente para que Tesla dejara de cotizar en Bolsa y pasar solo en manos de inversores privados.
¿Cómo moderar contenidos?
El gran debate que tiene Musk con respecto a Twitter es qué tipo de contenidos aceptar y cómo definir la política de suspensión de cuentas, que llegó incluso a quitarle la suya a Donald Trump, por alentar a quienes asaltaron el Congreso de Estados Unidos el año pasado.