Marcelino Abad, tiene 124 años es usuario de Pensión 65 desde 2019 y ese mismo año obtuvo su DNI por primera vez.
El huanuqueño Marcelino Abad Tolentino, cariñosamente conocido como don ‘Mashico’, recibió con alegría sus ‘124 abriles’, convirtiéndose así en el supercentenario más destacado del Perú, y posiblemente, del mundo. Sobreviviendo a la pandemia y presenciando dos Guerras Mundiales, así como múltiples cambios políticos en su país, su vida es un testimonio de resistencia y vitalidad.
El nuevo cumpleaños de don ‘Mashico’, registrado como el número 124 en su documento nacional de identidad expedido por el Reniec, fue celebrado con afecto por sus cuidadores y amigos en la ‘Casa Hogar Mis Abuelitos’ en Huánuco. Se llevó a cabo una misa por su salud, seguida de una torta, pachamanca y un espectáculo ofrecido por la brigada canina de la Policía Nacional.
Marcelino Abad Tolentino nació el 5 de abril de 1900 en Huacachi, Chaglla, Pachitea – Huánuco. Además de recibir la subvención económica de Pensión 65, obtuvo su primer DNI de RENIEC a los 119 años para acceder a servicios de salud y otros.
Ahora, a los 124 años, ha recibido su DNI electrónico, mientras que las autoridades gestionan su postulación al Récord Guinness como ‘el hombre más longevo del mundo’. El actual poseedor de este título es el inglés John Alfred Tinniswood, quien tiene 111 años. Ingresó al Libro Guinness de Récords Mundiales como el hombre más viejo del mundo tras la muerte del venezolano Juan Vicente Pérez, quien tenía 114.
¿Dónde reside ahora don ‘Mashico’ y el secreto de su longevidad?
Respecto a su residencia actual, Marcelino Abad vive en la Casa Hogar ‘Mis Abuelitos’ en el centro poblado de Cochachinche, Ambo (Huánuco), bajo el cuidado del padre Oswaldo Rodríguez Martínez, director del recinto.
A pesar de tener dificultades para hablar debido a su crianza como ermitaño y la falta de pareja e hijos, don ‘Mashico’ se comunica en quechua. Aunque aún puede caminar, por seguridad utiliza una silla de ruedas debido a una lesión en la cadera causada por el derrumbe de un muro años atrás.
Según él mismo revela, a pesar de perder a sus padres a una edad temprana y tener que trabajar desde joven para sobrevivir, se alimentó de manera natural, consumiendo frutas, verduras, tubérculos que cultivaba en su chacra y los animales que criaba. Además, disfruta de platillos de carnero y masticar hojas de coca.
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