Un gol de Federico Valverde en la prórroga mete al Madrid en la final de la Supercopa. Un duelo por el que vale la pena pagar
En la previa del partido, el técnico del Real Madrid conformó su ataque con Asensio (Rodrygo, 67′), Vinicius (Camavinga, 111′) y Benzema. Asimismo, Carlo Ancelotti formó su mediocampo con Casemiro, Modric y Kroos. En cambio, el entrenador del FC Barcelona decidió atacar con Ferran Torres (Abde, 46′) (Jutglà, 112′)) Dembélé y Luuk de Jong.
En la primera parte, Benzema dio el primer aviso cuando solo se habían jugado dos minutos. El sufrimiento derivó en una pérdida de Busi, la recuperación del francés, transición rápida y golazo de un inspirado Vinicius pese a estar encimado por Araujo. La jugada fue un símbolo de los tiempos que corren en esta rivalidad centenaria. Luego, Militao se equivocó la orientación de su despeje y el rebote golpeó a Luuk de Jong y acabó en la red tras tocar en el palo. Cosa de magia.
En la segunda parte, Pedri reapareció con ganas, su chut ajustado no entró por muy poco. Luuk siguió haciendo de las suyas. Después, Karim Benzema apareció para salvar los muebles del Madrid. Xavi buscó un último giro de guion. Entró Memphis para jugar con doble punta y le salió bien. Por ello, Ansu Fati cabeceó el medido centro de Jordi Alba. ¡Qué locura! Y se fue el Barça a por el tercero. Solo la campana salvó a un Madrid contra las cuerdas.
Por último, los azulgranas sacaron fuerzas de flaqueza en la prórroga. Sin embargo, una contra de academia preparada por Casemiro, decisivo también hace dos años en Arabia por aquella falta que valió más que un gol a Morata, la culminó. Ganó el Real Madrid por calidad y por carácter, porque tuvo que sufrir hasta el límite frente a un rival creciente, dominante y competitivo. Ante el Barça. El de siempre.