Al ser el más antiguo de la Junta de Fiscales Supremos se encargará del despacho
Pablo Sánchez Velarde, quien ostenta el cargo de fiscal supremo titular, ha asumido temporalmente la posición de fiscal de la Nación después de que Patricia Benavides Vargas fuera suspendida por seis meses por la Junta Nacional de Justicia (JNJ).
Sánchez Velarde, con experiencia previa liderando el Ministerio Público, desempeñará esta función como fiscal supremo decano. Esta no es la primera vez que enfrenta un desafío de esta índole, ya que anteriormente ocupó la Fiscalía de la Nación, primero como fiscal electo y luego de manera interina tras la destitución de Pedro Gonzalo Chávarry.
El fiscal tiene la responsabilidad de solicitar a Patricia Benavides que entregue su cargo junto con toda la documentación pertinente. Su continuidad en la posición estará sujeta a la toma de una decisión definitiva por parte de la JNJ en el proceso disciplinario, o hasta que se designe a un nuevo fiscal de la Nación.
Una de las primeras responsabilidades inmediatas de Sánchez es restaurar la Junta de Fiscales Supremos (JFS), la cual en la actualidad cuenta únicamente con dos miembros: él mismo y Juan Carlos Villena Campana. Con este número reducido, la JFS carece de la capacidad para tomar decisiones.
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Ante esta situación, podría realizar modificaciones en las fiscalías supremas invocando la Ley 31718, que autoriza a fiscales supremos provisionales a formar parte de la JFS con plenos derechos, incluyendo voz y voto.
Con la reactivación de la JFS, se abre la oportunidad de revisar la designación de Delia Espinoza Valenzuela como miembro del Jurado Nacional de Elecciones, lo que facilitaría su retorno inmediato al Ministerio Público.
Asimismo, se corregirán las decisiones recientes de Patricia Benavides, como la modificación en la coordinación de la Fiscalía Especializada contra la Corrupción en el Poder y la designación de un nuevo coordinador para las fiscalías especializadas del caso Lava Jato.