Mientras los saqueadores vacían las tiendas en Manhattan, los manifestantes asedian la Casa Blanca y las ciudades arden
Por: Miranda Devine (*) / La protesta en las calles de las diferentes capitales de los Estados Unidos de América hace mucho tiempo que dejó de ser una protesta pacífica contra un horrible acto de asesinato, y se ha convertido en una oportunidad para que los delincuentes deambulen a su antojo, tomen lo que quieran y destruyan cualquier cosa o persona.
¡Desafortunadamente, muchos líderes gubernamentales están facilitando la violencia!
La violencia que está afectando a los Estados Unidos hace tiempo que dejó de ser sobre la horrible e inexcusable muerte de George Floyd y ahora se trata de derribar a Estados Unidos.
¿Por qué los manifestantes idiotas en Sydney y Londres salen a las calles en solidaridad con los estadounidenses que actualmente incendian sus ciudades?
¿Por qué no protestar contra China, que voluntariamente infligió una pandemia en el mundo y luego se aprovechó de la crisis que creó al mudarse a Hong Kong, Taiwán e India?
China no oculta sus planes para dominar el mundo. ¿Los manifestantes en Hyde Park de Sydney preferirían un mundo dominado por Estados Unidos o por China?
El hecho de que la respuesta no sea clara a partir de sus acciones debería preocuparnos al resto de nosotros.
Si se siente como el fin del imperio en América. Mientras los saqueadores saquean las tiendas en el centro de Manhattan, los manifestantes asedian la Casa Blanca y las ciudades arden, vale la pena recordar quién nos trajo aquí.
Cinco meses antes de una elección, esta es la insurrección de la izquierda incendiaria, que ha marchado sin oposición a través de las instituciones durante medio siglo, para enseñar a una generación de estadounidenses que su país, y especialmente su policía
SON IRREMEDIABLEMENTE RACISTAS
Después de que los estadounidenses votaron por el primer presidente negro en 2004, uno pensaría que la división racial podría haber sido eliminada. Pero solo empeoró con Obama, quien avivó las llamas de la queja negra en cada oportunidad.
El 60% de los estadounidenses sintió que las relaciones raciales empeoraron después de la victoria de Obama, mostraron las encuestas, mientras el Partido Demócrata manipulaba las políticas de identidad para obtener ventajas políticas.
Pero de repente Trump desafió el dominio del Partido Demócrata sobre el voto negro, con un desempleo minoritario en mínimos históricos antes de la pandemia y prominentes voces negras que respaldan el llamado movimiento Blexit: negros que salen del Partido Demócrata.
Entonces, donde la conspiración de colusión de Rusia, el juicio político, las muertes por coronavirus y la desaceleración económica inspirada en una pandemia no lograron destruir a Trump, los disturbios raciales son la última esperanza en Joe Biden para un Partido Demócrata cargado con los candidatos presidenciales más débiles.
La violencia que envuelve a Estados Unidos no tiene nada que ver con la muerte de George Floyd. Nadie está defendiendo al ex oficial de Minneapolis, Derek Chauvin, quien se arrodilló sobre Floyd durante ocho minutos hasta que murió. Incluso su esposa lo ha dejado. Él y sus colegas fueron despedidos de inmediato y ahora está en la cárcel acusado de asesinato en tercer grado.
PROTESTA SECUESTRADA
Pero cualquier protesta pacífica en honor de Floyd fue secuestrada hace mucho tiempo. Han sido utilizados como cobertura por agitadores de izquierda organizados, fascistas antifa y delincuentes oportunistas.
Muchos de los arrestados están vestidos como agentes de las fuerzas especiales con auriculares, máscaras y mochilas rellenas de cócteles molotov, palancas, hachas y cortadores de alambre. Los videos abundan en las redes sociales de estas figuras sombrías, siempre hombres blancos, rompiendo sistemáticamente los escaparates de las tiendas, pero sin saquear, cortando cercas fuera de las estaciones de policía, pero sin empujarlos.
El Procurador General Bill Barr los describió como «extremistas anarquistas y de extrema izquierda, usando tácticas tipo Antifa … explotando la situación para perseguir su propia agenda separada y violenta». El fin de semana, el presidente dijo que designaría a Antifa como una organización terrorista.
La mayoría de las ciudades más afectadas por los disturbios tienen alcaldes y gobernadores demócratas progresistas. Muchos tienen alcaldes y jefes de policía negros.
Han masacrado sistemáticamente a sus fuerzas policiales y vaciado sus cárceles y ahora están cosechando el torbellino.
El alcalde demócrata de Minneapolis, Jacob Frey, estaba orgulloso de su decisión de que la policía evacuara la tercera estación del Recinto, permitiendo que los alborotadores la invadieran y la quemara en el suelo. Durante cuatro noches, los delincuentes saquearon su ciudad y aterrorizaron a sus residentes, mientras la policía no se veía por ningún lado. Su debilidad permitió que el contagio de la violencia se extendiera por todo Estados Unidos.
“PROTESTAS HERMOSAS”
En los últimos cuatro días, los policías han sido salvajemente atacados en Nueva York, con cócteles molotov y ladrillos, con escaso apoyo de sus amos demócratas.
Cuando un oficial asediado fue filmado el domingo apuntando brevemente con su arma contra los manifestantes sin disparar un tiro, el alcalde Bill de Blasio se enfureció porque el oficial debería ser despojado de su placa, a pesar de que no sabía los hechos del incidente.
Al día siguiente, el sindicato de policía tuiteó un video de un policía atacado con el subtítulo: «¡Policías de la policía de Nueva York se defienden, están solos!»
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al condenar las exhortaciones del presidente Trump a la ley y al orden, dijo que las protestas fueron «algo hermoso … Despierta a Estados Unidos, estamos matando a las personas en función del color de su piel».
Él perpetúa el mito de una fuerza policial sistemáticamente racista, sabiendo que los estudios muestran que los policías blancos no son más propensos que los policías negros o hispanos a matar a los negros.
GOBERNADOR Y ALCALDE DE N. YORK DIERON USO POLÍTICO A LA PANDEMIOA
Fracaso de autoridades obligó a Trump a imponer la ley y parar el desorden
El gobernador y alcalde de Nueva York, Andrew Cuomo y de Bill de Blasio, cuya hija fue arrestada con manifestantes el fin de semana, no tienen interés en la ley y el orden. Usaron cínicamente la pandemia para liberar a más de 1,500 prisioneros de la cárcel, en una aceleración de sus «reformas» de justicia penal que ya habían disparado las tasas de criminalidad de la ciudad de Nueva York.
¿Cuántos de esos criminales se unieron al saqueo?
Finalmente el lunes, Trump decidió que ya era suficiente y declaró que era «su presidente de la ley y el orden».
Si los alcaldes y los gobernadores no sofocan la violencia «entonces desplegaré al ejército de los Estados Unidos y resolveré rápidamente el problema para ellos», dijo.
«No podemos permitir que los gritos justos y los manifestantes pacíficos sean ahogados por una multitud enojada», dijo. “Estos no son actos de protesta pacífica. Estos son actos de terror doméstico.
«Las víctimas más grandes de los disturbios son ciudadanos amantes de la paz en nuestras comunidades más pobres, y como su presidente, lucharé para mantenerlos a salvo».
Luego cruzó el camino desde la Casa Blanca hasta la Iglesia Episcopal de San Juan, que se había dañado en un incendio durante los disturbios y estaba sosteniendo una Biblia para tomar fotos.
Esto enfureció a sus enemigos demócratas, quienes respondieron, no denunciando la violencia, sino dando ayuda y consuelo a los alborotadores.
Lo llamaron «fascista» porque la policía había desalojado a la fuerza a los manifestantes de la Casa Blanca con gases lacrimógenos y balas de goma antes de que emergiera.
Biden, cuyo personal supuestamente donó dinero para rescatar a los manifestantes en Minneapolis, se lamentó de que Trump está «usando el ejército estadounidense contra el pueblo estadounidense».
En esta etapa, los estadounidenses hartos solo quieren que se restablezca la ley y el orden.
(*) Publicado en The Daily Telegraph Digital Edition de Nueva York
