La situación se ha convertido en el foco principal de la campaña electoral en EE. UU. y en un recurso político clave para los republicanos
El desafío migratorio en Estados Unidos se intensifica a medida que se acerca la etapa electoral en la principal potencia mundial. En respuesta a la promesa del candidato y expresidente Donald Trump de deportar a los migrantes y cerrar las fronteras, cientos de miles buscan llegar a la frontera con México.
Esta semana, la mayoría republicana en la Cámara Baja votó a favor de someter a un juicio político al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, acusándolo de no abordar adecuadamente la seguridad fronteriza y de no aplicar las leyes migratorias vigentes.
Así, los republicanos consiguen destacar el tema migratorio ante la opinión pública, que parece será el centro de la campaña electoral. Dado su vecindario geográfico, uno de los países más afectados por esta situación es México.
La migración irregular a través de México aumentó un 77.2% en 2023, según revelan estadísticas del Gobierno mexicano disponibles este viernes. Este fenómeno mantiene la frontera sur del país en niveles sin precedentes de saturación.
La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob) registró 782,176 «eventos de personas en situación migratoria irregular en México» el año pasado, lo que representa un aumento significativo en comparación con los 441,409 del 2022.
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Se observó el mayor aumento en la migración irregular proveniente de África, que aumentó casi un 797% hasta alcanzar los 59,834 migrantes detectados, en comparación con los 6,672 del 2022. Por otro lado, la migración proveniente de Asia también aumentó, llegando a las 45,877 personas, un incremento de más del 342% respecto al año anterior.
Por otro lado, la migración irregular proveniente de Suramérica experimentó un aumento cercano al 117%, alcanzando las 345,941 personas, lo que la convierte en la principal región de origen de los migrantes indocumentados, desplazando a Centroamérica.
La migración irregular proveniente de América Central aumentó un 17.6%, llegando a las 246,371 personas, mientras que la del Caribe experimentó un incremento de casi el 55%, alcanzando las 80,861 personas.
El país de origen principal de los migrantes irregulares fue Venezuela, con un total de 222,994 personas, lo que representa un aumento del 131.81% en comparación con el año anterior. Le siguen Honduras (119,402), Guatemala (81,535), Ecuador (70,790) y Haití (45,091).
Al límite
Las cifras se presentan después de un año con un flujo migratorio «sin precedentes» en México y Centroamérica, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Durante el punto más crítico, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que hasta 16,000 migrantes llegaban diariamente a las fronteras mexicanas.
El fenómeno ha tenido un impacto notable en Tapachula, la frontera de México con Centroamérica, donde Héctor Martín Méndez, representante del Colectivo de Defensores de Derechos Humanos, declaró que la ciudad experimentó una migración récord.
El activista afirmó que la cifra podría ser mayor a la reportada por el Gobierno mexicano, que solo contabiliza a los migrantes irregulares interceptados.
«Se habla de millones, todo ese flujo de manera irregular«, comentó. El defensor de derechos humanos aseguró que los grandes flujos comenzaron desde el 2018, pero desde entonces las autoridades mexicanas no han proporcionado servicios suficientes para los migrantes, por lo que las organizaciones civiles deben intervenir.
La fundadora del albergue ‘Jesús El Buen Pastor’, Olga Sánchez, mencionó que el año pasado en Tapachula el flujo migratorio fue tan intenso que su albergue llegó a albergar a 1,600 personas diariamente.
“Ahorita hemos estado en 800 o 700 (migrantes) en la tarde, sigue más o menos igual, muchos mochileros. Decimos nosotros que vienen solos, que parece que vienen en caravana y por allá, por Guatemala y Honduras, se va desuniendo«, señaló.
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