Jiménez, el que capturó a Abimael, lo tenía tan cerca que escuchaba su resuello

El jefe de Sendero Luminoso se había salvado meses antes de ser capturado por el GEIN, gracias a una infidencia del operativo

por | Sep 12, 2021 | Actualidad, Titulares

El jefe de Sendero Luminoso se había salvado meses antes de ser capturado por el GEIN, gracias a una infidencia del operativo

La noche del sábado 12 de setiembre de 1992, un grupo de agentes del Grupo Especial de Inteligencia (Gein), de la PNP, en el marco de la llamada Operación “Victoria”, diseñada por el jefe del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), coronel Benedicto Guzmán, capturó al líder del Partido Comunista del Perú, más conocido como Sendero Luminoso.

La intervención fue la culminación de un largo seguimiento cuando los agentes del GEIN, Ana Cecilia Garzón (Gaviota) y Julio Becerra (Ardilla) llegaron a la tienda ubicada al lado de la casa de la calle Varsovia 459 (antes Calle 1), de la urbanización Los Sauces, Surquillo, donde vivían los senderistas Carlos Incháustegui y Maritza Garrido Lecca. A los dos agentes correspondió iniciar el allanamiento del inmueble donde se ocultaba

Guzmán había eludido su captura en varias intervenciones a otros inmuebles realizadas por el mismo equipo de Benedicto Guzmán. Este policía, verdadero arquitecto de la llamada “captura del siglo” sentía en los primeros meses de 1992, año de la llamada “captura del siglo”, que lo tenía muy cerca.

Jiménez muy cerca

Y no lo decía por petulancia, porque de un año a esta parte, se había reforzado el seguimiento a la cúpula senderista y había conseguido significativos avances.

Meses antes, Jiménez confidenció con el autor de esta crónica: “Parece que escuchó su resuello”, y que ya tenía en la mira al jefe senderista. Su captura marcaría el fin de la insurrección subversiva iniciada el 17 mayo de 1980 con el asalto al registro electoral de Chuschi, distrito de Cangallo, Ayacucho.

El ingreso aparatoso al refugio del «presidente Gonzalo» en el inmueble de Los Sauces, se produjo a las 8.45 de la noche, luego de sorprender a la bailarina Maritza Garrido Lecca, quien abrió la puerta.

El primero en ingresar fue el jefe del operativo, mayor Valencia, y este ni corto ni perezoso, luego de constatar la presencia de Guzmán, dio cuenta por teléfono al el jefe de la DINCOTE, general Ketin Vidal y el Jefe del GEIN, coronel Benedicto Jiménez, quienes esperaban el reporte.

Jiménez había coronado con el éxito una larga investigación juntamente con los entonces coroneles Juan Gonzales Sandoval y Marco Enrique Miyashiro.

Frente a frente

El jefe de la Dincote y Jiménez se constituyeron de inmediato al inmueble de Los Sauces, donde el primero dio la primera orden de respetar la vida del prisionero y de sus acompañantes: Elena Iparraguirre, su segunda esposa; Laura Zambrano, responsable de la recolección de dinero proveniente de las operaciones de incautación e incluso del narcotráfico, María Pantoja y la bailarina Maritza Garrido Lecca.

Vidal una vez que lo tuvo frente a frente, le dijo: “Soy el general Antonio Ketín Vidal, jefe de la Dincote”. Los dos se estrecharon las manos, en señal del respeto mutuo. La investigación periodística ha permitido saber que Vidal le dijo a su caballeroso interlocutor:

-Usted tiene que saber que en la vida se gana o se pierde. Esta vez le ha tocado perder. Espero que haga una interpretación dialéctica de esta situación.

Diálogo

Luego, el propio Vidal le invitó ponerse cómodo y sentarse. Abimael, como han recordado los investigadores, se sentó con dificultas debido a un viejo dolor en las caderas, al parecer causado por su enfermedad crónica de soriasis, y respondió:

-Es cierto que me han detenido y que detendrán a muchos más. Pero lo que está aquí (señaló su cabeza) y en el pensamiento del pueblo nadie lo va a eliminar.

Vidal ordenó un registro minucioso del inmueblo, y más o menos a las 9.30 de la noche, llamó a Palacio para informarle al presidente Fujimori la noticia de la “captura del siglo”.

Pero el mandatario no se encontraba en Palacio. Un oficial del Ejército, del equipo de decanos, le informo que el  Presidente Fujimori aún no había vuelto de Iquitos. Después se supo que el presidente había pasado el día pescando en el río Amazonas con su hijo Kenj.

Secreto total

Posteriormente, el jefe de la DINCOTE, general Vidal informó  pormenores de la captura, reveló que en común acuerdo con el jefe del GEIN, resolvieron mantener en estricto secreto los operativos de captura de Guzmán y de desmantelamiento de la organización senderista para evitar infidencias.

Los policía tenían sobrada razón para no repetir liberalidades causantes del fracaso de operativos similares y tenían muy presente la intervención del GEIN realizada en diciembre del 1991, en la vivienda ubicada en la calle Buenavista 265, en Chacarilla del Estanque, San Borja, coronada con el fracaso, donde se sospechaba se escondía Guzmán Reinoso. No encontraron a nadie. Había sido abandonada apresuradamente horas antes.

Hubo infidencia

Jiménez confidenció en los días siguientes que “la captura del siglo” se hubiera producido en esa fecha en ese inmueble. Sucedió que horas antes del operativo, manos misteriosos alertaron a los ocupantes del operativo con un mensaje escrito a plumón. “Desalojen la casa, la policía los va a intervenir”. ¿Quién los alertó?. Una pregunta sin respuesta.

Los ocupantes huyeron sin llevarse videos y documentos, considerados muy valiosos porque evidenciaron identidades de militantes terroristas, y otros detalles de la organización terrorista que sirvieron para la preparación de los operativos policiales subsiguientes.

Lo que Vidal y Jiménez tuvieron claro fue que el fracaso de esa operación había sido causada por una infidencia. Sin echar sombras sobre nadie, recordaban que la realización de ese operativo fue informada al entonces SIN, cuyo jefe oficioso era el exasesor Vladimiro Montesinos, el que aparecía como principal sospechoso.

Dos tendencias

Vidal y Jiménez creían que debían privilegiar la inteligencia para vencer a Sendero Luminoso, en contraposición a otros sectores del gobierno, cuyo mentor era Montesinos, que querían un Guzmán muerto. Los primeros demostraron que es posible derrotar cualquier conflicto interno mediante la inteligencia, para evitar pérdidas de vidas

Como lamentablemente sucede en toda guerra, Ketín Vidal fue sacado de la Dincote en diciembre del mismo año de la “captura del siglo”, y el GEIN desactivado y sus jefes poco menos pasados a la  baja, porque fueron transferidos a instituciones que nada tenían que ver con la lucha contra el terrorismo.


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