Lamentablemente, tres personas perdieron la vida: el magistrado Carlos Giusti Acuña, y los comandos Juan Valer Sandoval y Raúl Jiménez
Hoy se cumplen 27 años desde la operación militar Chavín de Huántar, uno de los rescates más exitosos en la historia contemporánea y el cual marcó un paso importante en la desarticulación de la agrupación terrorista conocida como el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
El 17 de diciembre de 1996, 14 emerretistas fuertemente armados ingresaron a la residencia del embajador de Japón en el Perú, Morihisa Aoki, quien se encontraba desarrollando una recepción con motivo del aniversario del nacimiento del emperador Akihito.
Los más de 700 invitados a la celebración, entre políticos, periodistas y diplomáticos, fueron tomados como rehenes por los miembros del movimiento fundado por Víctor Polay Campos, quienes exigían la liberación de otros emerretistas capturados, además de un cambio en la política económica y el pago de un impuesto de guerra.
La primera noche se puso en libertad a todas las mujeres, incluida la madre del entonces presidente Alberto Fujimori, que pasó desapercibida para los secuestradores. Posteriormente, se soltaron a diplomáticos europeos para entablar contacto con el gobierno.
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4 MESES
Durante los cuatro meses que duró el secuestro dirigido por Néstor Cerpa Cartolini, se lograron diversas negociaciones y un gran número de rehenes fueron liberados, reduciendo el número de personas retenidas a 72.
El 25 de diciembre, día de Navidad, el Monseñor Cipriani, obispo de Ayacucho, ingresa a la residencia para dialogar con los emerretistas. Una semana después, Un grupo de periodistas ingresa a la residencia y Néstor Cerpa insiste en que libere a los emerretistas presos y asegura que las negociaciones están estancadas.
Las semanas pasaban y el terror no terminaba, cuando en el punto más álgido se vivió el 06 de marzo de 1997 cuando las negociaciones se vieron interrumpidas cuando el MRTA denunció la excavación de túneles por parte de la policía debajo de la residencia.
Posteriormente, fue un 22 de abril que 142 comandos de las Fuerzas Armadas acudieron a la residencia del embajador del Japón en lo que sería conocido como el histórico operativo Chavín de Huántar.
OPERATIVO
La acción militar inició tras una fuerte explosión en un sector de la vivienda en horas de la tarde. Posterior al ingreso de los comandos y luego de una serie de enfrentamientos con emerretistas, se logró el rescate de 71 rehenes. Lamentablemente tres personas perdieron la vida durante la operación: el magistrado Carlos Giusti Acuña, y los comandos Juan Valer Sandoval y Raúl Jiménez.
El operativo generó gran interés a nivel mundial por el trabajo de inteligencia realizado y las presuntas ejecuciones extrajudiciales en las que se vio envuelto posteriormente.
A 27 años del exitoso rescate, se continúa conmemorando año tras año la valerosa acción realizada por miembros de las Fuerzas Armadas del Perú durante una de las etapas más duras de la historia contemporánea nacional.
TESTIMONIOS
El exintegrante del Comando Chavín de Huántar, el capitán en retiro Alex Segura, confesó que este día es difícil para ellos.
«Sentimientos encontrados cada vez que llega esta fecha. Por un lado, tenemos el beneplácito del éxito de la operación; pero, por otro lado, recordar a nuestros compañeros caídos en esta acción de armas», dijo.
Por su parte, el contralmirante (r) Carlos Tello rememoró su participación en la operación.
«Nosotros entrenábamos y comíamos cuando podíamos y descansábamos el resto del día. No teníamos horarios. Para nosotros era indiferente el día o la noche porque ensayábamos el asalto a toda hora», recordó.
Indicó que el uso de explosivos fue fundamental para el éxito de la operación, pues además de abrir accesos genera impacto y temor en el enemigo, en este caso los integrantes del MRTA.
«Llegamos a la conclusión de hacer una carga explosiva y colocarla en un punto estratégico. Su detonación marcó el inicio de la operación que fue a las 3:23 p.m. Con eso (la explosión) se consiguió el efecto esperado que era aturdirlos (a los terroristas) y neutralizar la amenaza», detalló el Comando Chavín de Huántar.
SE LIBERÓ AL PERÚ
Por su lado, el general en retiro del Ejército del Perú Roger Zevallos, exintegrante del Comando Chavín de Huántar, recordó que en esos años teníamos un país destruido, en zozobra y sin libertades. Indicó que, en ese ambiente, se produjo la toma de la residencia del embajador del Japón, por lo que el comando del Ejército dispuso crear una unidad para intervenir en el inmueble con una misión clara: rescatar a los rehenes.
«Teníamos una misión clara: rescatar a los rehenes. Y en la concepción de rescatar a los rehenes, pasaba si era necesario colocarse como escudo humano. No era necesario que nos den la orden, pero si me dicen a mí tiene que salir con vida, entonces tiene que salir con vida. Muchos no entienden, nos dicen locos o extraños o raros a los comandos. A lo mejor lo somos, porque en cada uno de nuestros actos le ponemos un poquito de locura. Pero esa locura está sustentada filosóficamente. En la vida de todo el planeta existen dos profesiones consagradas: una, el sacerdocio; la otra, la vida militar. Cuando nosotros internalizamos que tenemos una profesión consagrada por la patria, nos vemos en la obligación de ofrendar la vida por el cumplimiento de la misión», dijo.
«A lo mejor para mucha gente cuando nosotros decimos ‘cumplo la misión o fracaso en el intento, pero entrego mi vida por el Perú’, a lo mejor no nos comprenda. Eso lo sentimos, lo pensamos y, lo más importante, lo hacemos. Valer se convirtió en un escudo humano para Tudela, canciller de la República y lo logramos sacar. Creo que con esa operación se liberó al Perú», añadió.
MUSEO
El Museo Chavín de Huántar muestra una réplica de la residencia del embajador en 1997, que incluye el túnel por el que ingresaron los comandos. El lugar está ubicado en la base del Ejército en Chorrillos.
Se puede observar armamento decomisado y fotografías inéditas de esta valerosa acción que contribuyó a la pacificación del país en tiempos de terrorismo.
Si quiere visitar el museo, la entrada cuesta 7 soles los adultos y 5 universitarios.