He seguido con atención el trámite que le ha dado el gobierno a las declaraciones del ex ministro de Educación Dr. Oscar Becerra por haberse referido a la Comisión de Derechos Humanos como un adefesio, sinceramente si yo estuviese en el gobierno hubiese utilizado un epíteto más grueso para este organismo internacional tan politizado y tan contrario a los intereses de nuestro país desde hace muchos años.
He tomado conocimiento del comunicado de la comisión y tengo el concepto total de qué este es un conjunto de exageración y mentiras así como falacias de todo tipo. No sé qué esperamos para mandarlos al diablo de una vez, como lo hiciera el ex presidente Alberto Fujimori o el ex presidente Alan García en sus respectivos gobiernos.
Creo que ya la mayoría de la población es consciente de que es un organismo totalmente Politizado e Ideologizado, que le ha hecho muchísimo daño a nuestro país. Ese documento es más nocivo que los mismos incidentes ocurridos en nuestro país, puesto que nos pone ante los ojos del mundo como un país infernal digno de cualquier sanción internacional.
He estado leyendo algunos documentos relacionados con los términos que utiliza la comisión enviada sobre los delitos de lesa humanidad que le atribuyen a nuestro país durante los sucesos ocurridos en el presente año en las diversas manifestaciones que ha habido en contra de la salida del Lapicito, organizadas sin duda por aquellos que mal se llaman protestantes, pero que al final no son ni siquiera vándalos, son terroristas que han agredido a la Fuerza Armada y a la Policía Nacional.
Han venido varias veces acá estos individuos a realizar análisis en vivo y en directo y han tenido oportunidad de ver el grado de violencia que ha sufrido nuestra policía y la Fuerzas Armadas en cumplimiento a su deber, establecido por la Constitución y las leyes. Es inconcebible la distorsión que ha hecho esta Comisión de lo sucedido en el Perú.
Dice el secretario general de Naciones Unidas que los crímenes contra la humanidad, contemplados en el artículo 5 del estatuto del Tribunal Penal del Internacional para la antigua Yugoslavia, que “los actos inhumanos de naturaleza muy grave cometidos fueron parte de un ataque extendido y sistemático”. De igual modo el estatuto del Tribunal Penal Internacional, en relación a los hechos ocurridos en Ruanda, confiere jurisdicción al tribunal de Ruanda sobre crímenes contra la humanidad, al igual que anteriormente «cuando hayan sido cometidos como parte de un ataque generalizado sistémico».
El propio Tratado de Roma, al que nos adherimos con reservas en el año 2003, especifica que “cualquiera de estas connotaciones de delito de lesa humanidad solo se aplicará a partir de ese año en adelante” y en adenda el Perú ratifica que “solamente hará lo correspondiente a partir de ese documento, no antes”, como ahora se quiere y se pretende hacer increíblemente a través de una Corte regional que no es vinculante. Dejando de lado la soberanía jurídica de nuestro país, lo cual es muy lamentable.
Dice más adelante en sus comentarios el Secretario General de Naciones Unidas que “el ataque tiene que ser generalizado o sistemático porque los actos aislados o cometidos al azar no pueden ser considerados en esta tipificación”, y detalla como elementos descriptivos: “uno, existe un ataque, dos, el carácter del ataque es generalizado o sistémico, tres, el ataque está dirigido contra la población civil, cuatro, el acto forma parte del ataque y cinco, el acto se comete con conocimiento de dicho ataque”.
Ninguna de estas acepciones se puede aplicar a lo sucedido en los disturbios en Lima y en provincias en los primeros meses de este año. Por lo cual se está forzando una figura que tiene dos consecuencias muy graves, una, dice medias verdades o mentiras sobre lo sucedido y dos, da un mensaje muy grave al extranjero, este país es ingobernable, con el descrédito que eso significa en lo económico y en lo político.
Creo que ya es suficiente la tolerancia que se ha tenido con este grupo de gentes Ideologizadas que manejan la Corte y la Comisión de Derechos Humanos, punto. Me parece bien que el ejecutivo haya desestimado presentar a la postulante Mantilla del cargo que pretendía obtener en la Comisión, como lo tuvieron Diego García Sayán, Ciurliza, Eguiguren y otros personajes de triste recordación para la Fuerza Armada, basta ya, ¡basta ya¡, el daño a nuestro país ya no puede seguir señora Presidente, disponga que su Ministra de Relaciones Exteriores que, siguiendo la extraordinaria presentación de nuestro actual embajador en la OEA, solicite el retiro de nuestro país de esta comisión y si en algún momento se considerara beneficioso regresar, que sea condicionando nuestra posición de estado soberano, marcando nosotros los límites de nuestra participación, no ellos.
Asimismo, internamente debemos definir legalmente a través de Congreso de la República los límites y grados de las protestas y cuando estas dejan de serlo y se convierten en actos subversivos, para trastocar el orden legalmente establecido crear un clima de ingobernabilidad y subversión.